MITOLOGÍA GRIEGA
Enviado por luka3 • 18 de Noviembre de 2013 • Síntesis • 24.009 Palabras (97 Páginas) • 375 Visitas
MITOLOGÍA GRIEGA
ORÍGENES. Probablemente la mitología griega se desarrolló a partir de las primitivas religiones de los habitantes de Creta, una isla en el mar Egeo donde surgió la primera civilización de la zona alrededor del año 3000 a.C. Creían que todos los objetos naturales tenían espíritus y que ciertos objetos, o fetiches, tenían poderes mágicos especiales. Con el tiempo, estas creencias se desarrollaron a través de una serie de leyendas que abarcaban objetos naturales, animales y dioses con forma humana. Algunas de ellas sobrevivieron como parte de la mitología clásica griega.
Los antiguos griegos ofrecían algunas explicaciones del desarrollo de su mitología. En la Historia sagrada, Euhemero, un mitógrafo que vivió hacia el año 300 a.C., registra la difundida creencia de que los mitos eran distorsiones de la historia y que los dioses eran héroes a los que se había glorificado con el tiempo. En siglo V a de C., el filósofo Pródico de Ceos enseñaba que los dioses eran personificaciones de fenómenos naturales, tales como el sol, la luna, los vientos y el agua. Heródoto, un historiador griego que también vivió en el siglo V a.C., creía que muchos rituales griegos procedían de Egipto. Cuando la civilización griega se desarrolló, especialmente durante el período helenístico, en torno al 323 a.C., la mitología ya había evolucionado. Nuevas filosofías y la influencia de las civilizaciones vecinas produjeron una gradual modificación en sus creencias. Sin embarco, las características esenciales de los dioses griegos y sus leyendas permanecieron inmutables.
COSMOGONÍA.
NACIMIENTO DE LOS DIOSES. La mitología griega tiene varios rasgos distintivos. Los dioses griegos se parecen exteriormente a los seres humanos y revelan también sentimientos humanos. A diferencia de otras religiones antiguas como el hinduismo o el judaismo, la mitología griega no incluye revelaciones especiales o enseñanzas espirituales. Prácticas y creencias también varían ampliamente sin una estructura formal — como una institución religiosa de gobierno — ni un código escrito, como un libro sagrado. La mitología griega acentuaba el contraste entre la debilidad de los seres humanos y los grandes y aterradores poderes de la naturaleza. Por lo tanto, el pueblo griego reconocía que sus vidas dependían completamente de la voluntad de los dioses. En general, las relaciones entre los seres humanos y los dioses se consideraban amistosas. Pero los dioses aplicaban severos castigos a los mortales que revelaban una conducta inaceptable, tal como la soberbia complaciente, la ambición extrema y hasta la excesiva prosperidad.
La mitología griega estaba ligada a todos los aspectos de la vida humana. Cada ciudad estaba consagrada a un dios particular o grupo de dioses, a quienes los ciudadanos solían construir templos dedicados al culto. Regularmente honraban a los dioses en festivales, supervisados por los altos funcionarios. En los festivales y otras reuniones oficiales, los poetas recitaban o cantaban significativas leyendas e historias. Muchos griegos conocían a los dioses a través de la palabra de los poetas. Los griegos también relacionaban su vida doméstica con la de los dioses y en ella les rendían el culto debido. Diferentes partes de la casa estaban dedicadas a determinados dioses, y los individuos les elevaban ruegos regularmente. Un altar de Zeus, por ejemplo, podía colocarse en el patio, mientras que a Hestia se la honraba ritualmente en el hogar.
Aunque en Grecia no había una organización religiosa oficial, por lo común se veneraban ciertos lugares sagrados. Delfos, por ejemplo, era un sitio sagrado dedicado a Apolo: Un mito cuenta que Zeus soltó dos águilas desde extremos opuestos de la tierra para que descubriesen el centro exacto del mundo. Se reunieron en Delfos, que pasó a ser uno de los lugares de culto importantes para los griegos y principalmente santuario de Apolo. Zeus señaló el punto de Delfos en el que se encontraron las águilas con una gran piedra llamada ónfalos («ombligo»), protegida por una ser¬piente monstruosa, Pitón. Apolo estableció allí su santuario y mató a Pitón, acto por el que cumplió peni¬tencia en Tesalia durante nueve años, transcurridos los cuales regresó a Del¬fos. Al oráculo que fundó en el lugar acudían a consultar ciudades e indivi¬duos y sus profecías aparecen en los mitos y en la historia. En el templo del oráculo, había una sacerdotisa, la Pitia (de Pitón, por lo que encontramos con frecuencia el epíteto «Pítico» aplicado a Apolo), que hacía profecías sentada en un trípode en respuesta a las pregun¬tas de los visitantes. Hablaba en tono frenético, como enloquecida, y los sacerdotes, que representaban a cada uno de estos lugares sagrados y que podían ser además funcionarios de la comunidad, interpretaban las palabras de los dioses, pero no poseían ningún poder especial, transcribían sus palabras en verso o pro¬sa. Los griegos creían que sus predic¬ciones siempre se cumplían, si bien al principio podían interpretarse erró¬neamente. Aparte de sus plegarias, los griegos solían ofrecer sacrificios de anímales domésticos a los dioses, por lo común cabras.
En el pasado circulaban múltiples mitos sobre el origen de las cosas pero ninguna ver¬sión fue aceptada por todos. No obstante, el relato más completo y el que obtuvo mayor popularidad aparece en la Teogonía de Hesíodo, compuesta en el siglo VIII a.C. Se trata de la primera tentativa importante de trazar un árbol genealógico del panteón griego a partir de las numerosas creencias reinantes. Cosmogonía en igual medida que teogonía, remonta con detalle los antepasados de los dioses olímpicos hasta la creación del mundo, que surge del caos, y los Órficos, seguidores de un culto místico denominado orfismo, ofrecían un relato alternativo sobre los orígenes del mundo, más abstracto y de carácter más filosófico que el de Hesíodo y, por consiguiente, con un atractivo popular mucho menor. Comienza con Crono ("tiempo", reinterpretación órfica del nombre Kronos), acompañado por Adrastía ("necesidad"). De Crono surgieron Éter, Ércho y Caos («aire superior», «oscuridad» y «el vacío primordial»). En Éter, Crono forma un huevo del que nace Fanes, creador de todo, una deidad bisexual con alas doradas v cuatro ojos. Fanes recibe muchos nombres, Eros entre ellos, y tiene una hija, Noche, que es su consorte y concibe a Gea y a Urano. Cuando Zeus asume el poder vuelve a crearlo todo, se traga a Fanes, copula con Core (Perséfone) y de esta unión nace Zagre-Dioniso.
LOS ANTEPASADOS DE LOS DIOSES. Hesíodo era un agricultor, rápsoda (recitador profesional de poesía) y escritor sobre temas como ética y teología que vivió en Ascra, Beocia,
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