MODERNIDAD Y ESTÉTICA DE LA MÁQUINA 1

En la Edad Media, la sociedad era dominada por la religión católica. A partir del cuestionamiento de la “verdad”, comienzan a surgir personajes que transforman, quienes asumen subjetividad para comprender la realidad que los rodea, así como Galileo Galilei y Leonardo Da Vinci. En este contexto, se podría decir que cambia la mirada del hombre, cambia el centro de la mirada. Ya no es más Dios el centro y/o el foco, sino el mismo hombre.

Dada la situación, el sistema empieza a entrar en crisis. Se inicia un período en el cual el razonamiento y el pensamiento es la clave para la obtención de la verdad. Dicha “razón” pone en cuestionamiento al poder “legítimo” de la época, y poco a poco se perfecciona.

René Descartes, figura de ésta corriente, expresa que el problema debe estar bien definido para considerarse un problema como tal. Hay que dividirlo y subdividirlo en sus mínimas partes fundamentales, y desde allí resolverlo desde lo general a lo particular. Finalmente, evitar saltearse y apresurarse en tal proceso.

“Pienso, luego existo”, resume su famosa forma de ver y actuar en el mundo que lo rodea.

Ante todos estos cambios de subjetividad, comienza la Modernidad. Como punto culminante de tal contexto, se da el derrocamiento de la monarquía, considerada solo como una imagen, una falsa apariencia, una falsa legitimidad otorgada por Dios carente de racionalidad.

La sociedad inmovilizada por la monarquía, entra en luchas y guerras hasta traer transformaciones y cambios. El método de la razón se consolida, dando lugar a la enseñanza de la formulación de las preguntas correctas. Método que duda de las verdades y promueve el cuestionamiento absoluto. Aquel que permite la explicación de cualquier tipo de fenómeno y como actuar sobre él.

El método de la razón conduce al origen de la construcción del método científico. Dado así que se duda como base y la misma ciencia es la que comienza a dar respuestas. Soluciones abstractas que se traducen en tecnología.

Energía + Trabajo = Máquina

En Inglaterra alrededor de la mitad del siglo XVIII, la máquina a vapor inventada por James Watt 1769, hoy conservada en el Museo de las Ciencias en Londres, produjo el gran salto en el siglo conocido como Revolucion industrial, esta maquina va a desencadenar un monton de transformaciones ininmaginables. Consumía como materia prima al carbón, abundante en la época. La máquina empieza a considerarse como “las partes de un todo”: parte quieta, siguiendo la arquitectura clásica de la época; y la parte móvil, cuya forma responde a la función que cumple.

El ferrocarril, también inventado por James Watt, fue un invento revolucionario que acortó distancias y tiempo.

Todo este furor en la construcción de nuevas tecnologías y objetos, dio lugar al nacimiento y alojamiento masivo de fabricas, cuya construcción fue cercana a las estaciones de ferrocarriles. Estos nuevos establecimientos demandaban grandes cantidades de mano de obra, lo que en consecuencia devino a una ola de inmigración de ex campesinos hacia las periferias de las ciudades.

Ya para finales del siglo XVIII los actores sociales estaban claramente definidos:

La aristocracia, dueños de las tierras;

La burguesía, dueña de las máquinas;

La clase obrera, trabajadora en fábricas. Esta clase social fue la más perjudicada.

Se habían asentado en los suburbios europeos, en viviendas decadentes (conventillos), sometidos a horarios de trabajo interminable, trabajo infantil, condiciones de vida infrahumana y deplorable.

Frente a esta nueva forma de vivir, la “vivienda mínima” y la infraestructura comienza a ser temas de experimentación para los arquitectos, ya que hasta el momento solo prestaban su servicio a burócratas y aristócratas para el diseño de palacios, teatros; y no a las viviendas obreras y fábricas, aquellas estructuras que miraban con recelo.

Anteriormente se había implementado la lógica del artesano. Este conocía cada parte del proceso

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