Maltrato Infantil En Bolivia

El número de denuncias de maltrato infantil aumentó en El Alto. La Alcaldía alteña junto a ONG desarrolló la segunda versión de la creativa campaña de vacunación contra el maltrato de niñas, niños y adolescentes, un antídoto que puede resolver más de un problema. 

La niñez boliviana es una de las más vulnerables del continente, debido a factores que pueden ser resueltos en la actual generación, porque todo lo que se requiere es aunar los programas oficiales con los privados, destinar muchos más recursos financieros para cubrir los requerimientos que éstos tengan y los que puedan obtenerse externamente, y contar con una administración competente, plenamente involucrada en la temática, además de que actúe con transparencia.

Sólo así podrá ponerse punto final a una cuestión social que atañe a todos los bolivianos, ricos y pobres, porque extrañamente en todos los niveles existen también graves lesiones a la integridad y formación de las niñas y los niños.

Una investigación novedosa, concluida en mayo, por la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE), con el apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), titulada "Determinantes de la Violencia contra la Niñez y Adolescencia", llegó a la conclusión de que las niñas y niños sufren violencia en sus propios hogares, dejando en ellos severas consecuencias sobre su presente y futuro.

En la presentación del estudio se expresa que la violencia contra la niñez y la adolescencia genera problemas emocionales y cognitivos de corto y largo plazo, que pueden tener efectos en su salud física, mental y emocional. De igual forma, ellos tienen una alta probabilidad de reproducir, cuando sean adultos, patrones similares de conducta en su familia y en la sociedad, transmitiendo así las consecuencias de la violencia por generaciones.

La investigación dio margen a observar que en Bolivia la probabilidad de que se genere violencia contra la niñez y la adolescencia en el hogar está relacionada con la violencia intrafamiliar, especialmente contra las mujeres y el tipo de castigo que éstas recibieron en su niñez.

A la par de la violencia, que en buenos términos es el germen de la vulnerabilidad de la niñez en el país, se halla la pobreza, que se reflejan en que más de 14.000 niñas y niños mueren antes de cumplir el primer año de vida y que el 50% de éstos fallece en el primer mes; 650 madres mueren cada año por no acceder a una salud de calidad en el parto; las carencias que tienen para brindar una buena nutrición a sus hijos; el abandono o semiabandono en que viven muchos menores; el trabajo prematuro y la falta de una buena formación educativa para acceder en condiciones apropiadas a la vida adulta.

Según los estudios de UDAPE, la representación de Unicef en Bolivia informó a este diario que el

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