Mantenimiento Sistematico De vías
Enviado por lupo68 • 4 de Junio de 2014 • 2.077 Palabras (9 Páginas) • 308 Visitas
Mediciones de perfiles de ruedas
La medición del perfil longitudinal y transversal, o sea, por la valoración de su estado, se obtienen las bases para fijar el tratamiento a efectuar y en consecuencia, la elección adecuada del tren amolador. La mayor parte de estas medidas se realizan con vehículos de medición. En ciertos casos, puede ser útil también tomar medidas a mano. Estas permiten identificar eventuales necesidades adicionales en tramos que no han podido ser medidos por una máquina. Este podría ser el caso en presencia de defectos aislados corregibles. Las mediciones exhaustivas y precisas constituyen la mejor base de un programa de amolado económico.
Ultrasonido
Un examen visual periódico permite detectar algunos de estos defectos. Mientras, los más perniciosos se forman en el interior de la cabeza del carril, y pueden causar una rotura antes que el defecto se haga visible. Es pues indispensable para las compañías ferroviarias el proceder a controles periódicos de los carriles por medio de equipos especiales. El examen ultrasónico ha hecho sus pruebas a lo largo de las últimas décadas resultando el método más fiable y preciso para la ejecución de estos controles a intervalos determinados, dentro de excelentes condiciones de seguridad y rentabilidad. Las máquinas del parque de Speno que trabajan en el mundo están concebidas para intervenciones específicas en condiciones climáticas muy diversas.
Detección de defectos en los carriles
Los defectos de los carriles, por ejemplo en el perfil transversal y longitudinal, son difíciles de detectar durante el examen rápido de rutina. Ocurre lo mismo con las fatigas de material. Queda por supuesto bien entendido que los defectos y daños observados en las visitas a pie deben ser siempre señalados.
La utilización de un vehículo de medida es indispensable, para obtener resultados aprovechables para el amolado. Este recorre las secciones de línea y registra las medidas en un gráfico.
La localización de los defectos se desprende de la lectura de esos datos registrados. La medición manual no es recomendable económicamente para trayectos largos, y por ello solo se utiliza excepcionalmente.
Los defectos de los carriles pueden clasificarse en defectos del perfil longitudinal, que son las irregularidades de superficie, modificación del perfil transversal, o sea, la deformación del perfil (y a veces con formación de rebaba), defectos de superficie (bajo la forma de fatiga del material), fisuras y los defectos aislados tales como impactos, huellas de patinaje, etc.
Las solicitaciones transmitidas a los carriles por las ruedas llevan obligatoriamente a la aparición de desgaste. Cuanto más elevadas sean las cargas, las velocidades y las frecuencias de los trenes, mayor será el desgaste y se manifestará de forma prematura.
Modificaciones del perfil longitudinal
Las alteraciones geométricas más frecuentes son las irregularidades periódicas de las superficies de rodadura de los carriles. En los tramos rectos, es el desgaste ondulatorio corto; en curva, son las ondas cortas llamadas igualmente ondas de deslizamiento. Ocasionalmente, se presentan también ondas largas.
Las irregularidades del perfil longitudinal provocan un aumento de la energía de tracción, la entrada en oscilación de los ejes, y en consecuencia una pérdida de calidad de rodadura. Además, los mayores esfuerzos dinámicos transmitidos por las ruedas no solo fatigan más intensamente la vía, sino también al material rodante en su conjunto. La medición del perfil longitudinal de los carriles - o sea, el desgaste ondulatorio - es efectuada por medio de dos acelerómetros, uno por carril. Cuanto mayor es la amplitud, más fuertemente oscila el acelerómetro.
El captador de medida está en contacto directo con el carril permitiendo medir de modo continuo la longitud de onda y la profundidad del defecto.
En casos excepcionales, estas medidas pueden igualmente ser tomadas manualmente.
Defectos de superficie
Los defectos de superficie se presentan bajo la forma de fisuras de fatiga, llamadas headchecks o Squats - o se las encuentra en la superficie de rodadura. Estos defectos de superficie producen igualmente esfuerzos dinámicos mayores para las ruedas y reducen la vida de los carriles y otros componentes de la vía.
Los Squats y los headchecks no son detectados cuando se mide el perfil longitudinal. Si bien la elevada precisión de la medición permite igualmente detectar estos defectos de superficie, la interpretación de los registros no permite identificarlos como tales. Actualmente se están siguiendo otros desarrollos técnicos de medición en este sentido. (Ver). "HC-Grinding Scanner" en "Actualidades").
Defectos aislados
Los defectos aislados como las marcas del balasto o de patinaje, deben ser eliminados lo más rápidamente posible, para evitar que se hagan mayores.
Modificaciones del perfil transversal
Las modificaciones del perfil transversal se manifiestan por la deformación de la cabeza, a veces con formación de rebaba en el interior o en el exterior del carril. Otra deformación del perfil transversal en curva es el desgaste lateral de los carriles en el hilo alto.
La modificación del perfil transversal puede ocasionar la reducción del ancho de vía más allá del límite admisible, particularmente por la rebaba interior. Esto debe ser evitado, pues aunque el amolado del ancho de vía es posible, lleva tiempo y es costoso.
Mantenimiento sistemático
La mayoría de las compañías ferroviarias modernas son empresas de servicio gestionadas según los principios de la economía de mercado que tienen que afrontar la competencia directa de otros modos de transporte. Por ello, conceptos tales como la rentabilidad, los costes y el rendimiento juegan cada vez más un papel de mayor importancia.
Como consecuencia se acrecientan los tonelajes, se incrementan las velocidades y se aumentan las cadencias, lo que conlleva solicitaciones cada vez mayores.
Con el fin de limitar los costes que resultan del deterioro de la vía, se hacen indispensables un mantenimiento sistemático y un seguimiento constante del estado de los carriles.
El cuidado sistemático de los carriles es una parte importante de cualquier política del mantenimiento de las vías.
Este cuidado sistemático de los carriles asegura un reparto óptimo de la carga, creando así las condiciones ideales de rodadura de los vehículos y también para tráfico intenso.
Actualmente está comprobado
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