Mantenimiento y recolección
Enviado por dennis.com • 22 de Septiembre de 2013 • Tesis • 415 Palabras (2 Páginas) • 257 Visitas
melón es una planta de climas cálidos y no muy húmedos, por lo que no es conveniente el cultivo en zonas húmedas y con poca luz. Su desarrollo, floración y maduración óptimos se producen a una temperatura de entre 20ºC y 39ºC. La humedad oscila en torno a los 55ºC y 70ºC y la luminosidad es determinante para la fecundación de las flores y la absorción de elementos nutritivos. La temperatura del suelo debe estar a un mínimo de 15ºC, evitando la época de heladas para su cultivo, y se debe llevar a cabo al aire libre.
Existen dos procedimientos de cultivo, la siembra directa y el trasplante, que se llevan a cabo dependiendo de la época de cultivo. En el primer método las semillas se colocan mediante pequeños golpes, y se cubren con uno o dos centímetros de arena, turba o humus de lombriz. En el segundo, inicialmente se realiza la siembra en el semillero, y a las seis o siete semanas, cuando la primera hoja esté totalmente desarrollada, se procede al trasplante. El fruto no debe cosecharse hasta que la madurez esté asegurada.
Mantenimiento y recolección
Para evitar que la planta se pudra, el riego debe efectuarse evitando que el agua toque las hojas, por lo que es aconsejable hacerlo mediante surcos o por goteo. Es necesario llevar a cabo un 'despulgue', es decir, un raleo de hojas para que la planta no crezca muy vigorosa y con pocas flores femeninas, que son las que originan los frutos. Para aumentar la temperatura del suelo, disminuir la evaporación del agua y aumentar la calidad del fruto colocaremos una película de polietileno negro o tunelillos de plástico con arcos de alambre sobre la plantación.
En cuanto a la madurez, existen tres grados: fisiológicamente e inmadura para el consumo, que tiene lugar cuando el fruto carece de aroma y presenta un color blanco con tintes verdosos y piel vellosa; fisiológicamente y en proceso de maduración, cuando advertimos un ligero aroma y todavía no cede con la presión manual; y la madurez para consumirlo, cuando observamos tintes amarillos, el aroma es notable y el fruto ya cede cuando ejercemos fuerza sobre él. Finalmente, para conservar una calidad óptima es necesario un rápido enfriamiento inmediatamente tras la cosecha.
Si llevamos a cabo el cultivo controlando la temperatura, el clima, la humedad, la luz y el suelo, seguimos las pautas de mantenimiento señaladas y controlamos adecuadamente el grado de maduración, lograremos unos fantásticos frutos listos para endulzar nuestro paladar.
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