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Mayiakovski - El Poeta Es Un Obrero


Enviado por   •  8 de Mayo de 2014  •  3.177 Palabras (13 Páginas)  •  308 Visitas

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El poeta es un obrero

Se le ladra al poeta:

«¡Quisiera verte con un torno!

¿Qué, versos?

¿Esas pamplinas?

¡Y cuando llaman al trabajo, te haces el sordo!»

Sin embargo

es posible que nadie

ponga tanto ahínco en la tarea

como nosotros.

Yo mismo soy una fabrica.

Y si bien me faltan chimeneas,

esto quiere decir

que más coraje me cuesta serlo.

Sé muy bien

que no gustáis de frases vacías.

Cuando aserráis la madera, es para hacer leños.

Pero nosotros

qué somos sino ebanistas

que trabajan el leño de la cabeza humana.

Por supuesto

que pescar es cosa respetable.

Echar las redes.

¿Quién sabe? ¡Tal vez un esturión!

Pero el trabajo del poeta es más beneficioso:

la pesca de hombres vivos, esto es lo mejor.

Enorme, ardiente es el trabajo en los altos hornos,

donde se forma el hierro chisporroteante.

¿Pero quién

se atrevería a llamarnos holgazanes?

Nosotros bruñimos las mentes con áspera lengua.

¿Quién es más aquí?

¿El poeta o el técnico

que procura a los hombres

tantas ventajas prácticas?

Los dos.

Los corazones son también motores.

El alma es también fuerza motriz.

Somos iguales.

Camaradas de la clase trabajadora.

Proletarios del cuerpo y del espíritu.

Solamente unidos

solamente juntos podremos engalanar el universo,

acelerar el ritmo de su marcha.

ante una oleada de palabras, levantemos un dique.

¡Manos a la obra!

¡Al trabajo, nuevo y vivo!

Y a los que discursean

que se les mande al molino.

¡Para que el agua de sus discursos haga girar sus aspas!

Conversación con el inspector fiscal sobre poesía

Ciudadano inspector,

perdone la molestia.

Gracias,

no se preocupe,

me quedaré de pie.

Quiero tratar

un asunto bastante delicado:

qué sitio ha de ocupar

el poeta

en las filas obreras.

Igual que los que tienen

tiendas y terrenos

también yo debo pagar

impuestos.

Usted me pide

quinientos al semestre

más veinticinco

por no declarar a tiempo.

Mi trabajo

es igual

a cualquier otro.

Mire

cuántas pérdidas,

cuántos gastos

invierto en materiales.

Usted sabe

naturalmente

eso que llaman rima.

Si la primera línea

termina en “ajo”

entonces, la tercera,

repitiendo las sílabas

debe poner

algo así

como “cascajo”.

Si utilizo su lenguaje

la rima es un cheque,

hay que cobrarlo alternando los versos

y buscas

con detalle sufijos y prefijos

en el cofre vacío

de las declinaciones,

de las conjugaciones.

Coges una palabra

y quieres meterla en la estrofa

pero si no entra

y aprietas,

se rompe.

Ciudadano inspector:

le juro

que el poeta paga caras

las palabras.

Hablando mi lenguaje

la rima es un barril

de dinamita,

y la estrofa es la mecha.

La estrofa se consume,

y estalla la rima,

y por el aire y la ciudad

la estrofa

vuela.

¿Dónde hallar,

y a qué precio,

rimas que estallen

y de golpe maten?

Quizá sólo sean

cinco las rimas

increíbles

y sin estrenar, perdidas

más allá

de Venezuela.

Me voy a buscarlas,

haga frío, haga calor,

atado por anticipos, préstamos y deudas.

Ciudadano,

tenga en cuenta

el pago de los viajes.

La poesía

toda

es un viaje a lo desconocido.

La poesía

es como la extracción del radio

-Un año de trabajo

para sacar un gramo.

Sacar una sola palabra

entre miles de toneladas

de materia prima verbal.

Pero ¡qué ardiente

el calor de estas palabras

comparado

con la humeante

palabra bruta!

Esas palabras

mueven

millares de años,

millares de corazones.

Claro

que hay poetas

de distinta calidad.

Muchos

de hábil mano,

como prestidigitador,

sueltan estrofas de la boca,

suyas y de otros.

Y para qué hablar

de los castrados líricos.

Meten un verso ajeno

y están felices.

Eso es

robo y despilfarro

uno más entre los que azotan el país.

Esos

versos y odas

aplaudidos

hasta la saciedad

entrarán en la historia

como gastos accesorios

de lo hecho

por dos o tres buenos versos

de nosotros.

Muchos kilos de sal

habrás de comer

como suele decirse,

y fumar cien cigarrillos

hasta

sacar

la palabra preciosa

de las honduras artesianas

de la humanidad.

Rebaje por eso

los impuestos,

quítele

una rueda

a los ceros.

Uno noventa

cuestan cien cigarrillos.

Uno sesenta

la arroba de sal.

Demasiadas preguntas

su formulario tiene:

Ha viajado

o no ha viajado?

Y si le respondo

que en estos quince años

he reventado

decenas de Pegasos,

¿qué?

Póngase usted

en mi sitio,

piense en el servicio

y propiedades.

¿Qué ha de contestarme

si le digo que soy

caudillo popular

y al mismo tiempo

trabajo a su servicio?

La clase obrera

vibra en nuestras palabras,

somos proletarios

motores de la pluma.

La máquina

del alma

se gasta con los años.

Dicen entonces:

estás gastado,

fuera.

Cada vez amas menos,

te arriesgas menos

y mi frente

desgastada

por el tiempo no arremete.

Entonces llega

el desgaste mayor,

el desgaste

del alma, del corazón.

Y cuando

...

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