Mi Graduación

14 de junio del 2014

Ya han pasado 10 años y estoy entrando por la puerta que antes era el inicio de todos mis días. Camino con algo de prisa pues en el grupo decía que la comida sería a las 12:00 y ya son 12:30. Normalmente no acostumbro llegar tarde pero hoy me tuve que quedar un rato más en el trabajo porque algunas cosas se complicaron y también me llamaron de la casa pues la bebé se está sintiendo mal. Al entrar veo el lema de este año: “cumpliendo metas”; recuerdo que en mi último año de prepa el lema fue “sembrando valores” y que festejamos los 110 años del colegio. Es por eso nosotras pusimos en nuestras chamarras “somos 110” porque sí, fuimos la generación 110, siempre tan diferentes.

Me llevo una gran sorpresa al ver que la cafetería ahora tiene 2 pisos y mesas muy grandes para trabajar; por lo que alcanzo a ver arriba hay un Starbucks; sigo caminando y me asomo a sexto A me asombra que ya pusieron bancas nuevas, también tienen pantallas digitales y parece que ya no existen esos proyectores viejos con los que siempre nos peleábamos por que no se prendían a menos que nos subiéramos a las bancas o que encontráramos el palo de metal que abría las ventanas, al fin hay cortinas obscuras que hubiéramos amado cuando exponíamos, pero el no tenerlas nos ayudaba a cubrir faltas de ortografía.

Camino por el centro del patio para sentir esa brisa que antes era tan normal y ahora extraño tanto, es uno de esos días en que las hojas de los árboles al caer parecen volar por la fuerza del aire, seguramente no hubiera salido del salón por hacer tarea o por que el aire me hubiera molestado, pero hoy no haría otra cosa que estar afuera, sentada en el centro de aquel patio que guarda tantos momentos que poco a poco nosotras fuimos creando.

Escuchar a los pájaros y ver a las ardillas brincar de árbol en árbol fue como aprendí a desarrollar mis sentidos, me podría quedar parada aquí horas esperando escuchar una vez más aquel timbre que no he encontrado en ningún otro lugar, de pronto me espantaron unas palomas que rondaban por el lugar de las titulares que sigue igual, recuerdo que me la vivía aquí buscando a Paloma para intentar salvarme de la siguiente clase de francés, que diferente se siente estar aquí parada ahora. Suena mi celular y antes de contestar veo que tengo completas las barritas del Wi-Fi, definitivamente ha de ser más fácil estudiar así.

Es mi esposo, y por un segundo he olvidado que ya tengo otra vida fuera de aquí, solo quería saber si había llegado bien y al colgar suena el timbre, veo salir a niñas de todos los salones, la falda de cuadros sinceramente me hace un nudo en la garganta, y la dinámica no ha cambiado, cada una se dirige a donde tenga que ir, para comer, para platicar con sus amigas, amigas que seguramente no sabrá en donde estarán en unos años, amigas que tal vez verá por siempre o amigas que quizá se quedarán perdidas en el tiempo.

Hay una de ellas que me recuerda a mi porque anda muy apurada, hablando por teléfono, con miles de libros, corriendo a la dirección y regresando al salón, está muy estresada y no logro contenerme, me acerco a ella y me le quedo viendo, me mira intrigada y pregunta si quiero saber en donde se están reuniendo las ex-alumnas, después de suspirar le digo:

Daría todo por estar en tu lugar, por tener un día más de alumna usando esa falda, aprovechalo porque en un abrir y cerrar de ojos la única excusa que tendrás para entrar a este lugar será una comida de ex alumnas.

Subiendo por las escaleras hacia Font-Bonne comienzo a pensar en cuantas veces subí con todas ellas a mi lado, me vino el Deja-Vu del B2, venía muerta de miedo porque sabía que había una gran probabilidad de no pasarlo y lo que eso implicaba, pero el verlas a todas igual de asustadas de alguna manera me calmaba, esa sensación de protección acompañada de esas miradas que solo nosotras entendíamos diciendo sacame de aquí de alguna manera formaron este cariño. Tengo muchas ganas de verlas…

Llegue, y vi, una a una esas caras tan conocidas, algunas han cambiado pero para otras pareciera que el tiempo no ha pasado. Hace años no nos juntábamos para saber que ha sido de nuestras vidas , en este momento desearía no haberme separado tanto de algunas, como aquella que siempre aportaba una sonrisa al día, o la ingeniosa que sabía como salir de una situación difícil , e incluso la que tomaba cada clase como si fuera la única pero al final del periodo era siempre nuestro salvavidas.

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