Minorias Sexuales

ISTORIA DE LAS MINORÍAS SEXUALES

La diversidad sexual es una característica esencial de la especie humana.

Pero, durante los dos últimos milenios, ha sido reprimida y castigada con crueldad. A lo largo de la historia ser diferente o pertenecer a una minoría no siempre ha resultado fácil. Minorías religiosas, raciales o de cualquier otro tipo han sido perseguidas, castigadas e incluso aniquiladas. Las minorías sexuales no son una excepción.

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En la Grecia clásica, en la polis de Atenas, la homosexualidad estaba institucionalizada en la práctica de la pederastia. En la polis de Esparta se fomentaban las relaciones homosexuales entre soldados. La isla de Lesbos pasó a la historia por su poesía lésbica.

En la Antigua Roma la orientación sexual se consideraba una cuestión estrictamente privada. Con la implantación del cristianismo el mundo occidental sufre un profundo cambio y se difunde la tradición homofóbica del judaísmo que condena cualquier práctica sexual no reproductiva.

En la Edad Media los Códigos Penales tipifican las relaciones sexuales entre hombres como un delito equiparable al asesinato, razón por la que se implantan castigos crueles para los infractores. Inicialmente las mujeres parecen librarse de esa represión aunque finalmente las mujeres que aman a otras mujeres acaban considerándose igualmente peligrosas para la sociedad.

El modelo represivo se fue endureciendo pasándose de la castración contemplada en losprimeros códigos, hasta la pena de muerte que contemplan documentos como Las Partidas de Alfonso X el Sabio. La Inquisición, institución civil creada para defender la ortodoxia religiosa, acaba funcionando como una policía moral de la época. Cualquier denuncia valía para poner en marcha su implacable aparato represivo, estableciendo, en primer lugar, una exhaustiva investigación del hecho denunciado que solía acabar en un juicio del que difícilmente el reo se libraba de un cruel castigo.

Con la Revolución Francesa y la instauración de nuevos valores se empiezan a vislumbrar los primeros signos de cambio para aquellas personas que aman a personas de su mismo sexo. El 25 de septiembre de 1791 entra en vigor en

Francia una nueva legislación que despenaliza por «omisión» la sodomía al no incluirla como delito en el Código Penal. Otras legislaciones, siguiendo el modelo francés, despenalizan la sodomía o permutan la pena de muerte por penas de prisión. A finales del siglo XIX en Alemania empieza a dibujarse un nuevo movimiento: surge la primera publicación de contenido homosexual Der Eigene (1896) y el Comité Humanitario Científico de Magnus Hirschfeld defiende los derechos de los homosexuales (1897).

Con el siglo XX nace el primer movimiento de liberación homosexual en

Alemania, objeto de posterior persecución por parte del régimen nazi. En el transcurso de los años veinte surge el primer «barrio gay» en el Greewich Villageneoyorquino. Pero poco después el mundo entra su más devastador episodio: la Segunda Guerra Mundial. Tras la contienda la represión hacia el colectivo homosexual se recrudece. Pero el 28 de junio de 1969, en el bar Stonewall de Nueva York, se desencadenan unos hechos que cambiarían la historia del movimiento homosexual para siempre. Gays, lesbianas y transexuales deciden salir a la calle para defender sus intereses: nacen los conceptos de «orgullo» y «gay power».

En los últimos años de la década de los setenta y principios de los ochenta el movimiento homosexual entra en crisis. En esa dinámica se produce un dramático hecho: el 2 de julio de 1981, el New York Times publica un artículo titulado «Extraño Cáncer detectado en Homosexuales». La confusión es enorme. Nadie sabe realmente que está pasando pero cada vez son más los homosexuales que enferman y mueren. El SIDA entra en escena cobrándose miles de vidas. El miedo se extiende y muchos evitan acercarse a las personas homosexuales por miedo al contagio. Los más conservadores interpretan la enfermedad como un castigo divino. Ante ese panorama el activismo homosexual se ve forzado a tomar un nuevo rumbo menos teórico y más pragmático. La comunidad homosexual debe actuar ante la pandemia y así lo hace. Nace el movimiento LGTB contemporáneo, las siglas LGTB designan colectivamente a lesbianas, gays, transexuales y bisexuales, y cuyo movimiento reivindica, entre otros aspectos, la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo o la cooperación internacional para luchar contra la homofobia en aquellos países en los que la homosexualidad aun se castiga..

En España, durante la monarquía y la República, la homosexualidad se consideraba un simple delito de «mala vida». Tras la Guerra Civil y la instauración de la Dictadura franquista la persecución de la homosexualidad se recrudece, en especial entre aquellos que no están dispuestos a «disimular» o no se muestran adeptos al Régimen. A principio de los 70 se promulga la «Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social». La cárcel de Huelva pasa a ser Centro Penitenciario Asistencial y se convierte en una cárcel para homosexuales.

Durante esos años, en Barcelona, surge un primer movimiento LGTB encabezado por Armand de Fluviá y Jordi Petit. En la Transición, Gays, lesbianas y transexuales exigen un nuevo marco de libertades. En los noventa se vive una auténtica revolución homosexual en España. Las asociaciones de defensa de derechos de Lesbianas, Gays y Transexuales se multiplican adquiriendo un

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