Monografía sobre Las Nubes.
Enviado por 38092753 • 7 de Septiembre de 2016 • Monografía • 1.494 Palabras (6 Páginas) • 604 Visitas
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUE
CENTRO UNIVERSITARIO REGIONAL ZONA ATLÁNTICA
Cátedra de Comprensión y Producción de Textos Orales y Escritos CURZA
Monografía sobre Las Nubes
Leila Muanna
Viedma, noviembre de 2014.
Las Nubes, poesía en prosa
A partir del análisis de la novela Las Nubes de Juan José Saer, en este trabajo se tratará de demostrar que el autor utiliza la modalidad de poesía en prosa para dar vida a su relato. Para ello, se considerarán las descripciones del contexto y de los personajes.
Con el fin de dar cuenta de ello, se utilizarán tres fuentes que describen lo poético en la obra de Saer: “Un preciso azar. A propósito de Las Nubes de Juan José Saer” de María Coira, “Textos reunidos sobre Saer” Mario Goloboff y, por último, un artículo sobre Saer y su desenvolvimiento en la escritura, por Nicolás Cabral.
Si analizamos la novela en su totalidad, podemos encontrar que tanto el contexto como los personajes han adquirido un lugar en la obra como el que adquieren los músicos de una orquesta: mantienen una linealidad, algo en común, que a la vez se vuelve irremplazable. Cada parte, cada sonido, no sería armonioso si no fuera por esa capacidad de integración. La poesía está ahí, en cada caracterización, explícita o implícitamente.
La RAE define a la poesía como “manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa”. En el caso de la novela, el doctor Real suele describir las cartas que le enviaba el doctor Weiss, entre las cuales una de ellas dice: “El instante, respetado amigo, es muerte, sólo muerte. El sexo, el vino y la filosofía, arrancándonos del instante, nos preservan, provisorios de la muerte” (Saer, 2011: 24). Aquí claramente se aprecia esa espontaneidad del autor para comentar con delicadeza su concepción del instante y la posibles “salvaciones”.
Nicolás Cabral, cuando se refiere a Saer, instantáneamente lo asimila a la poesía en prosa y a una política continua de escribir de espaldas al mercado. De esta manera, le da más relevancia a la exigencia estética de sus obras (Cabral, 2005: 56). Eso se ve a lo largo de Las Nubes, donde el autor hace y deshace su escritura, manifestando su interés por propagar esa forma peculiar de instalar la poesía en la obra. Respectivamente:
“Casi de inmediato, el rigor del verano, el tumulto de la calle, los gases negruzcos que despiden los coches y que envenenan el aire lo retroceden a un poco más de realidad, a ese término medio del ánimo que equidista de la angustia y de la euforia y que los que creen conocerlo más o menos bien, y él mismo aun cuando por distracción se deja convencer por ellos, llaman con certidumbre injustificada su temperamento.” (Saer, 2011: 11)
Cabral agrega, además, que las obras de Saer no intentan mostrar la realidad, sino que la crean, le da un sentido explícito mediante la poesía, que llama la atención del lector exigente (Cabral, 2005: 56). Es así que en la obra que se está analizando aquí, el autor nos hace imaginar cada situación, cada personaje, cada espacio, de tal manera que nos parece la realidad misma por su cualidad poética de describir. Un ejemplo en la novela se da cuando aparece la descripción del doctor Weiss:
“De su físico, baste decir que delataba a primera vista el hombre de ciencia: alto, poco grueso, las profundas entradas que dejaba en su frente rojiza un pelo rubio ceniciento, siempre revuelto, revelaban la constante actividad interior de la cabeza, un poco más grande que lo normal y bien asentada entre los hombros vigorosos.” (Saer, 2011: 22)
Mientras tanto, María Coira expresa que el lenguaje siempre dice más de lo que a simple vista parece y que Saer supo utilizar bien ésta potencia metafórica en Las Nubes, donde para hablar acerca de literatura, ficción y poesía, utiliza la cuestión del delirio (Coira, 2001: 117). En el transcurso del relato, el autor hace un juego con el lenguaje mediante sus personajes, intentando transmitir significados poéticamente. Ejemplo de la novela, respecto de los comportamientos de Prudencio Parra:
“Al despertar a la mañana siguiente, la primera cosa que me estaba esperando cuando mi ser, cerrado durante la noche por las naves del sueño, se entreabrió a la vigilia, era la respuesta a esa misteriosa impresión de familiaridad: en la clase de filosofía, habíamos estudiado las Academias de Cicerón, y como se acercaba la época de los exámenes, íbamos con un amigo por la calle principal de Alcalá memorizando esa página en la que Cicerón describe la manera en que Zenón el estoico mostraba a sus discípulos las cuatro etapas del conocimiento: los dedos extendidos significaban la representación (visum); cuando los ponía algo replegados era el asentamiento (assensus), gracias al cual la representación se hace patente en nuestro espíritu, después, con el puño cerrado, Zenón quería mostrar cómo por vía del asentimiento se llega a la comprehensión (comprehensio) de las representaciones. Y por último, llevando la mano izquierda hacia el puño, envolviéndolo con ella y apretándolo con fuerza, mostraba ese movimiento a sus discípulos y les decía que eso era la ciencia (scientia).” (Saer, 2011: 126)
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