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Enviado por alli1509 • 13 de Junio de 2015 • Informe • 1.817 Palabras (8 Páginas) • 146 Visitas
e el ajuste estratégico sea más importante en el existo de la compañía?o social de supervivencia, que se convierte en relaciones sociales.
Se ha observado que el trabajo es también utilizado para las organizaciones sociales y para
hacer una distinción de clases. En la antigüedad, por ejemplo, se observaban separaciones de
ciertos trabajos y profesiones; unos trabajaban en el campo, otros en servicios del hogar o en
el ejército y los que estaban al servicio de Dios, que muchas veces se mezclaban con los
gobernantes que tenían como función organizar, crear leyes y sancionar a la población; con la
finalidad de garantizar un buen funcionamiento social y la paz común.
Otras estructuras como las corporaciones de oficios, servidumbres, esclavitud,
proletariados, fueron vistas en la historia y vivenciadas en algunos casos hasta hoy. El trabajo
por cuenta ajena, hasta entonces lo más típico después de la revolución industrial, en conjunto
con nuevas formas de contrataciones actuales, hacen que la finalidad del trabajo no alcance el
nivel de bienestar social tan discutido y valorado por varios países desarrollados y en vías de
desarrollo; transgrediendo, por lo tanto, uno de los derechos humanos primordiales como es
el del derecho al trabajo digno. Éste implica subjetivamente otros derechos fundamentales
como los de educación, salud, calidad de empleo, calidad de vida y relaciones familiares,
dignidad humana, principios de igualdad y oportunidades, entre otros.
La liberalización del mercado debido a la globalización, hace que exista la problemática
de cómo equilibrar la libertad de empresa del libre mercado, con la calidad del empleo y
protección de los derechos laborales. En vista de que la globalización ha modificado
sustancialmente las relaciones de trabajo, no se puede dejar de mencionar el factor de la
descentralización productiva por la que las empresas intentan adecuarse a las nuevas
exigencias del mercado económico globalizado. El modelo “fordista” de organización de
empresas que presupone la relación del trabajo mediante la subordinación directa del
empleado a la empresa viene siendo sustituido muchas veces por el modelo “toyotista”, en el
cual pasa a ser parte esencial en la estructura organizacional de las empresas a nivel mundial.
Consiste en una mayor flexibilidad dentro de la propia empresa, sustituyendo la gran cantidad
de trabajadores polivalentes, por menores cantidades de trabajadores especializados, el
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crecimiento de la demanda de trabajo es suprimido por otra empresa que provee servicios o
piezas just in time.
La idea central es la visión conjunta, las empresas ya no consiguen campo para
desarrollarse, ahora tienen que cambiar la estrategia, por eso viene el fenómeno de las
contrataciones y subcontrataciones, objeto principal de este estudio. Se percibe que la
tendencia actual es la mezcla de empresas, ya no se sabe lo que es de la empresa y lo que es
externo. Ha cambiado radicalmente el concepto de ésta y de mercado, las transacciones
internacionales son más complejas, y no necesariamente, las empresas más pequeñas son las
más débiles, pensamiento antiguo del patrón utilizado por las leyes de los países como manera
de proteger, dando mayor apoyo al desarrollo de las pequeñas y medianas empresas.
De esta forma, la empresa principal se encuentra con empresas satélites en su
entorno, las cuales le ofrecen sus servicios para suplir las necesidades empresariales de la
primera. En Brasil uno de los fenómenos más frecuentes de la descentralización productiva es
el de contratas y subcontratas. La subcontratación solamente es permitida en las actividades
auxiliares, diferentemente en España que es en la propia actividad. Se percibe la tendencia de
despersonificación de la responsabilidad laboral y de la Seguridad Social del empleador para
con sus empleados, pasando tal responsabilidad a un tercero que es la empresa contratista.
Las relaciones laborales en esta nueva organización sufren acentuados cambios que
repercuten en el ordenamiento jurídico laboral brasileño que a su vez ya no suple las
necesidades sociales exigidas, y el creciente mal uso de las contratas y subcontratas hace que
haya una precarización del trabajo humano, como también se notan los cambios en las
instituciones consolidadas por el tiempo, como es el caso de los sindicatos y un crecimiento en
los riesgos y en los accidentes laborales. Durante los años 70 y 80 los sindicatos brasileños se
encontraban dentro de las fábricas, mientras que, a partir de los años 90, siendo intensificado
en la primera década del siglo XXI, la tendencia es que los trabajadores vayan saliendo de las
fábricas; esta es la economía posfabril.
El mercado consumidor se encuentra saturado, el boom de la dos décadas pasadas ya
no surte su efecto en la economía actual, los países intentan desarrollar sus economías pero ya
no tienen hacia donde expandirse, la competencia crece y las empresas tienden a adecuarse a
las exigencias del mercado mundial. De manera que éstas ven la solución en minimizar los
costes y maximizar los lucros junto con los avances tecnológicos. La tecnología de la
información, principalmente, hace que las empresas trabajen en sintonía, en
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complementariedad, compartiendo códigos, y consecuentemente, necesitando menos
cantidad de trabajadores; siendo la tendencia actual, debido a los avances referidos, la
especialización de los empleados para atender las necesidades empresariales. Lo que no se
puede permitir es que con esta nueva estructura organizacional de las empresas la concepción
de humanización del trabajo sea cambiada por la valoración del trabajo realizado.
Lo que se puede percibir es que la legislación
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