Movimiento Metebolista
Enviado por • 23 de Febrero de 2013 • 1.550 Palabras (7 Páginas) • 266 Visitas
1.1. La noción cotidiana de la práctica.
La noción popular de práctica ([1]) se refiere al ejercicio de cualquier arte o facultad, conforme a sus reglas, a la destreza adquirida con este ejercicio, o al uso continuado, costumbre o estilo de una cosa. Se puede referir también al modo o método que particularmente observa una persona en sus operaciones
Puede referirse al ejercicio que bajo la dirección de un maestro y por cierto tiempo tienen que hacer algunos sujetos para habilitarse y poder ejercer públicamente su profesión. O también podemos referirnos a ella, cuando queremos realizar planes, proyectos, o contrastar y aplicar una idea, doctrina, o teoría.
El uso cotidiano de la práctica tiene como referencia principal el ámbito de lo personal en un sentido estrecho, que conlleva un sello prioritariamente experiencial marcado por la rutina cotidiana.
La actividad práctica cotidiana en el sentido filosófico del término, plantea un tipo de relación del hombre con el mundo en el que se opera una doble transformación, aquella en la que el mundo es transformado por la acción humana y a la vez, esta acción transforma al hombre. Este sentido filosófico, es fundamentalmente necesario para acceder al sentido educativo de la práctica, en la perspectiva de una pedagogía científica humanística y transformadora ([2] ).
Reconocer el nexo filosófico en pedagogía permite la convergencia de los planteamientos filosóficos referidos a la educación, en un territorio pedagógico. En esta vía, el concepto de práctica es enriquecido por una forma específica de praxis educativa. Esta concepción praxeológica asigna un rol transformador al educador, en la medida en que su actividad no está ceñida al marco puramente tradicional de las prácticas insertas en la educación.
El término práctica educativa, engloba todas las actividades que se desarrollan en educación, y abre la puerta para acceder al plano conceptual.
La práctica como categoría pedagógica, abarca el plano de la intervención de la conciencia, es decir, de la intencionalidad del quehacer educativo de acuerdo a un fin establecido previamente.
Al destacar el aspecto conciente de la praxis educativa se esclarece la determinación de los fines y objetivos de la educación y de la enseñanza.
John Dewey estableció la distinción entre la " acción reflexiva" y la "acción rutinaria". Bajo la rúbrica rutinaria se incluyen aquellas acciones que están determinadas exclusivamente por la tradición, por la verdad de autoridad o por definiciones oficiales. Este tipo de acción no cuestiona nunca los fines a los que sirve y solo considera los medios como problemáticos. Por el contrario, la acción y el pensamiento reflexivo centra "el examen activo, persistente y cuidadoso de toda creencia o supuesta forma de conocimiento a la luz de los fundamentos que la sostienen y las conclusiones a las que tiende " ([3] ).
Las prácticas educativas en cualquier sociedad no se pueden reducir a las prácticas escolares. Fuera del propio sistema escolar, existe una práctica educativa compleja adquirida, por ejemplo, por la experiencia de criar a los niños, influir sobre los demás, regular las relaciones humanas en el grupo social, comunicar mensajes entre las personas mediante medios masivos de comunicación, etc. que es una práctica educativa en sentido cultural general y que no es indiferente para la práctica estrictamente escolar, pues incide en ellas y es influenciada por ellas.
El propio fenómeno de la escolarización se ha generado como una necesidad de la educación extraescolar debida a la complejidad de la cultura y de las formas sociales y económicas de organización social.
Se pueden reconocer como prácticas educativas también aquellas que se desprenden de la propia institucionalización de la educación en el sistema escolar y dentro del marco en el que se regula la educación: por ejemplo la ubicación social de alumnos en escuelas diferentes, en modalidades distintas de enseñanza, estrategias que fomentan la desigualdad o promueven la igualdad de oportunidades, regulaciones político administrativas sobre el currículum, elaboración de libros de texto, etc. Son prácticas concurrentes que inciden en la estricta actividad didáctica, a modos de sustratos ocultos que explican lo que ocurre a nivel observable. Detrás de dichas prácticas se esconden valores, opciones y objetos de investigación para quienes están interesados en mejorar el conocimiento de la realidad y cambiarla.
En el marco de las instituciones escolares, apreciamos una gran variedad de prácticas educativas circunscritas al aula y al centro escolar, como es el enseñar, estimular el aprendizaje, ayudar al alumno en su desarrollo personal, organizar un tipo de vida social, regular comportamientos personales y sociales, evaluar adquisiciones, organizar centros, promocionar a alumnos, distribuir el tiempo y el espacio, utilizar los medios técnicos, etc. A estas actividades son a las que de forma más inmediata solemos llamar práctica educativa, y ése es el referente más inmediato cuando pensamos en la utilidad de
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