Muchos de nuestros esfuerzos, en el trabajo de aula, se concentran en la transmisión de la información

Muchos de nuestros esfuerzos, en el trabajo de aula, se concentran en la transmisión de la información, en la explicación, en priorizar la memorización, en la reproducción de contenidos, en la aplicación de modelos ya propuestos y probados y en la planificación del trabajo en clase.

En la actualidad se hace necesario preparar a los estudiantes para que puedan comprender y resolver problemas, visualizar e imaginar alternativas, idear y procesar nuevas técnicas y metodologías, generar estrategias para la solución de problemas y para la toma de decisiones. Se hace necesario modificar nuestra concepción tradicional de que la educación es sólo para enseñar y que el rol del docente se centra únicamente en enseñar, exponer, dictar, ordenar y evaluar y el del estudiante solo en aprender.

El nuevo reto impone un cambio de estrategia o sistema, de tal manera que la educación superior, y más específicamente, la de nuestros institutos tecnológicos, sea para generar, promover, formar, crear, e integrar aprendizajes desde la teoría y la práctica y que el protagonista principal de esos aprendizaje no sea el docente sino el estudiante, sin embargo, que el docente sea el promotor del cambio de paradigma.

De tal manera, considero muy importante que el docente tanto como el estudiante hagan consciente la idea de no solo “transmitir y recibir conocimiento” sino fomentar su creación, mediante distintas prácticas educativas, en cada uno de los estudiantes, de acuerdo con sus capacidades cognitivas, sus habilidades manuales e intelectuales, con sus actitudes y aptitudes para enfrentar la vida y sus vicisitudes, de tal manera que le permitan, en un momento dado, desempeñarse satisfactoriamente en situaciones reales de trabajo o en una circunstancia particular y que cumpla con las exigencias de la misma.

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