Nazismo El terreno político de Europa en el período de guerras (1918 - 1939)
Enviado por sexybetch • 22 de Abril de 2017 • Apuntes • 1.400 Palabras (6 Páginas) • 205 Visitas
El terreno político de Europa en el período de guerras (1918 - 1939) se encontraba sumergido en una crisis del sistema liberal, y en el auge de los totalitarismos. En esta época, la democracia parlamentaria empezó a ser cuestionada por figuras tales como el “comunismo”, consolidado en la Unión Soviética tras el triunfo de la Revolución rusa en 1917, y el “fascismo”, conformado por las diversas ideologías autoritarias surgidas del agitado clima resultante de la Primera Guerra Mundial (en lo adelante “PGM”). A pesar de que existieron varios países que decidieron utilizar un régimen dictatorial, podemos destacar al fascismo italiano y al nazismo alemán[1]. La colaboración entre ambos regímenes antes y durante la guerra da la impresión de que éstos compartían una misma ideología, pero en territorios distintos.
Tras la derrota en la PGM, en Alemania se sustituyen las instituciones del antiguo Imperio alemán por la federal y democrática República de Weimar. Debido a la escasa tradición democrática de Alemania, esta República recibió cierta presión tanto de la izquierda, conformada por los comunistas, como de la derecha, que prefería mantener el Imperio. De igual forma, la devastación ocasionada por las condiciones impuestas por los tratados de paz, específicamente el Tratado de Versalles (1919), no permitió que la República llegara a consolidarse. Por consecuencia de este tratado, Alemania fue declarada culpable de la guerra. Dentro de las disposiciones del tratado, se estipulaba que aceptara toda responsabilidad moral y material de haber causado la guerra, teniendo así que desarmarse, y realizar importantes concesiones territoriales a los vencedores, además de pagar exorbitantes indemnizaciones económicas los Estados victoriosos[2].
Durante los primeros años de la época de posguerra, las clases media y baja se encontraban envueltas en una gran miseria, resultante de la inflación que arropaba al territorio alemán. Ante el impago de las reparaciones que debía hacer Alemania, Francia decidió ocupar la cuenca del Ruhr, una de las áreas metropolitanas más pobladas de Alemania, incrementando la angustia y la humillación para el país. Esta situación favoreció la aparición de formaciones extremistas de todo tipo. Primero, encontramos al Partido Obrero Alemán (DAP), organización ultranacionalista que recogía los sentimientos revanchistas y antisemitas que se concentraban en parte de la sociedad alemana. Estos rechazaban al comunismo, al capitalismo y a la democracia liberal. Luego, en 1920 pasa a llamarse Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP), del cual se deriva la famosa abreviatura denominada “nazi”. En este mismo año se incorporó a este partido el reconocido Adolf Hitler (1889 - 1913), personaje que pronto tomó el control absoluto del mismo[3].
Hitler creció en una familia de clase media, con relativamente pocos contactos con gente judía, en una región del estado de Habsburgo. Desde joven, sentía interés por las artes tratando, incluso, de ingresar en la Academia de Artes de Viena en 1907; pero no fue aceptado. En Viena es donde se influye por dos movimientos políticos: a) el nacionalismo racista alemán propagado por Georg von Schönerer, político de Alta Austria, y b) el antisemitismo de Karl Lüger, alcalde de Viena (1897 – 1910). A fines de 1909, Hitler se encontraba en una situación de pobreza, en la cual empezó a ver a los judíos como enemigos de las clases media y baja alemanas. Tomó gran parte de la ideología de Schönerer, que se sentía más cómodo con el nacionalismo elitistas de las fraternidades estudiantiles, adaptando las estrategias y tácticas de Lüger, que se sentía más a gusto con las multitudes de las grandes ciudades.
Hitler decide penetrar en el tejido social, tratando de llamar la atención de jóvenes, mujeres, abogados y estudiantes, para así darse a conocer en los distintos ámbitos sociales y económicos. En relación al partido, éste tenía unidades organizadas militarmente, reconocidas por un lado como las Sturmabteilungen (SA), y por otro, las Schutzstaffeln (SS), unidades de élite ligadas al propio Hitler mediante juramento, que tenían a su cargo su seguridad. Todo se regía por un único “Führer” o caudillo, y Adolf Hitler se erigió en jefe indiscutible del mismo. Por otro lado, la presencia del movimiento en el parlamento seguía siendo testimonial (2,6% de los votos en 1928), pero la crisis económica de 1929, que conllevó la quiebra de los principales bancos, hundimiento de la producción, altísimos niveles de desempleo y el temor a una revolución comunista entre los sectores conservadores, permitió el crecimiento del partido, y lo convirtió en la fuerza más votada en 1932.
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