Negocios Son Negocios

NEGOCIOS SON NEGOCIOS

Cuántos empresarios y ejecutivos han enfrentado en algún momento situaciones difíciles, en que han sentido que tal vez es necesario optar entre ser un buen ser humano o ser un buen hombre de negocios, entre ser un idealista o un realista, como si fueran opciones incompatibles. Cuántos, frente a esta disyuntiva, han concluido que para tener éxito en los negocios tienen que ser "flexibles", transando los principios y valores frente a los criterios económicos.

De hecho, hay quienes entienden que la frase "los negocios son los negocios" (“business are business”) significa que los negocios quedan fuera de cualquier marco valórico externo. Afortunadamente, esta no es la manera en que entienden los negocios las mejores empresas y los mejores empresarios. Estos entienden que si les va bien es por que hacen las cosas bien. Están convencidos que existe una relación directa entre los buenos resultados de negocio y la estricta sujeción a principios y valores. Comprenden que los buenos negocios no se justifican sin principios y valores, aun cuando están conscientes que sin buenos negocios no se pueden sustentar esos valores y principios. Observando estos buenos ejemplos, se confirma que de hecho, hace bien hacer el bien, no sólo por el bien de los demás sino también por el bien de los negocios propios.

Se comprende que los buenos hombres de negocios no pueden ser malas personas. Simplemente quien no sea un buen ciudadano, un buen amigo o un buen padre de familia, no puede ser un buen hombre de negocios. No niego que hay unos pocos empresarios que hacen las cosas mal y les va bien, al menos en el corto plazo. Estos pocos causan un gran daño y desprestigio al resto. Y sé que hay algunos buenos empresarios que pese a hacer las cosas bien, les va mal. Estos merecen todo nuestro respeto por su esfuerzo y perseverancia para emprender y por resistir la tentación de seguir el camino fácil. Pero sobre todo están los buenos empresarios, que hacen las cosas bien y les va bien. Estos nos demuestran que no existe un verdadero dilema entre ser un buen ser humano y ser un buen hombre de negocios.

La expresión “Negocios son negocios” surge a mediados del siglo XIX para justificar los mecanismos del capitalismo salvaje de concepción utilitarista, basada en el ideario liberal concebido por Adam Smith en sus obras “Teoría de los Sentimientos Morales” y “La Riqueza de las Naciones”, se contrapone al aspecto ético de las actividades humanas y se puede describir como el afán del “empresario” por obtener pingues ganancias a cualquier costo, sin contemplaciones ni remordimientos, asimismo la expresión “Business is bussines” o “Negocios son negocios” se popularizó en Europa con la difusión de la comedia francesa escrita por Octave Mirbeau en 1903, “Les affaires sont les affaires” (Los Negocios son los Negocios) cuyo argumento

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