Niños De La Calle

NIÑOS DE LA CALLE EN EL PARAGUAY

Según la Encuesta Permanente de Hogares, en Paraguay trabajan más de 300 mil niños y niñas menores de 18 años, predominando el trabajo rural en actividades agrícolas y ganaderas. Se estima que un 8% de los niños y niñas que trabajan lo hacen en las calles. Y otro porcentaje ha roto su vínculo familiar y vive en situación de calle, algunos de ellos bajo la dependencia de las drogas y cola de zapatero. 

Se estima que en el Gran Asunción existen alrededor de 15.000 niños que trabajan en las calles, con ocupaciones diversas, desde la mendicidad, hasta de carretilleros en mercados, vendedores ambulantes, etc. Por otro lado, existen aún unos 200 niños que viven en las calles, sin familia, sin hogar. Las zonas con mayor índice en este sentido son las de la Terminal de Omnibus de Asunción, y la de los mercados De Abasto y Número 4. Esta población es víctima de procedimientos judiciales, policiales y administrativos, ilegales y arbitrarios, que los privan de su libertad.

La problemática de los niños de la calle es muy compleja, pero merece toda nuestra atención. Lastimosamente, en nuestro país no existen estadísticas muy fiables, las que son muy necesariaspara apreciar la magnitud del problema y obrar en consecuencia. 

La cantidad de niños y adolescentes apostados en los semáforos para mendigar o hacer malabarismos para ganarse unas monedas sigue en aumento. Las autoridades del ramo solo hablan de convenios y proyectos, pero no hay nada concreto en favor de los menores en la vía pública.

A cualquier hora del día y bajo cualquier circunstancia, los niños y adolescentes de la calle no paran de buscar ganarse unas monedas en los semáforos de la Capital y de otras ciudades importantes del país. La situación se torna cada vez más crítica.

En otros lugares los pequeños desafían al frío de estos días con muy poco abrigo. La situación se repite a lo largo y ancho de las avenidas y cruces principales, donde los menores se exponen a riesgos de contraer cuadros gripales o sufrir problemas respiratorios.

Otro peligro latente y más grave aún es la exposición de los menores de la calle al “reclutamiento” de inescrupulosos que podrían abusar de ellos. 

En varios otros puntos de la ciudad los menores son “custodiados” por personas mayores que se encuentran apostadas en las esquinas o sobre las murallas y que al parecer obligan a los menores a serquienes llevan dinero a sus casas.

En nuestra ciudad están empezando a “ganar terreno” por las calles principales, especialmente los niños indígenas, que recorren bares, copetines y restaurantes pidiendo algo para comer, y otros mendigando unas monedas para su familia. Y la cantidad de niños y niñas va aumentando cada vez más.

La UNICEF coopera con el país, a través de distintas acciones para la eliminación progresiva del trabajo

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