OBSERVAR SIN JUZGAR
Enviado por dianatavera • 1 de Abril de 2014 • 508 Palabras (3 Páginas) • 232 Visitas
OBSERVAR SIN JUZGAR
Esta práctica consiste en hacernos consciente de la experiencia, momento a momento, en el aquí y ahora, sin la interferencia de juicios o reacciones mentales o emocionales; simplemente tomar nota. Por ejemplo, mirar una mujer sin quedar atrapado en su apariencia, ser capaz de solamente observarla, sin describirla, evaluarla ni desearla o rechazarla.
No se comprende lo que se juzga. Para evaluar se requiere, un deber ser contra el cual comparar lo que observamos. Para comprender es necesario suspender, por lo menos provisionalmente, el patrón normativo de referencia, pues ello implica observar, solamente observar, sin ningún proceso consciente o inconsciente de evaluación.
Observar sin juzgar sólo puede efectuarse en tiempo presente; es difícil, pero no imposible. Nombrar, en particular cuando usamos adjetivos calificativos, dificulta la observación sin juicio, pues la palabra fragmenta, disocia. Además la palabra no es la cosa sino lo que esta representa y, según el contexto en que la ubiquemos, puede asumir múltiples significados. Por ello es frecuente que no vivamos la experiencia, sino lo que senti - pensamos acerca de la misma. Vivirla implica, tomar consciencia de ella, sin nominarla, sin calificarla; haciéndose uno con la misma.
Consecuente con lo anterior, en asuntos humanos el juzgar impide comprender el punto de vista del otro. Si queremos entenderlo hemos de hacerlo sin juicios y, si este es imprescindible, debe realizarse sólo después de haber comprendido, no antes, y siempre acerca de la conducta, no del ser; es decir, sobre lo que el otro hace y no sobre lo que es, usando la visión propia del nivel yoico de consciencia que mira como distintos, aunque complementarios, al individuos y sus senti-pensamientos y acciones. Escuchar desde la nada, desde el vacío, sin juzgar, es empezar a entender.
Una de las recomendaciones más poderosas para facilitar esta práctica, es aceptar a los demás tal como son. Esto puede implicar algo más que la pasividad que proviene de la simple resignación ante lo que no podemos modificar. Se podría convertir en complicidad, una forma de tolerancia activa, con la vida del otro mientras ella no perjudique a los demás. Tal vez sea este el modo más profundo y más bello de relación entre seres humanos que se aman.
Observar en forma no evaluativa, no sólo es necesario para comprender a los demás, sino también para aplicar la célebre y útil sentencia del oráculo de Delfos conócete a ti mismo pues nuestra evolución hacia formas más avanzadas de consciencia y de vida no se deriva de violentar nuestro ser, sino de comprender porqué hacemos lo que hacemos. Si no somos capaces de mirarnos sin evaluarnos, no podremos entender qué es lo que en nosotros acontece.
Dejemos que el juez descanse y tratemos de ser lo que somos Esta comprensión surgida de
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