Obras Hidraulicas
Enviado por dubraska • 5 de Mayo de 2015 • 686 Palabras (3 Páginas) • 256 Visitas
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDAGOGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL MAGISTERIO
NUCLEO ANZOATEGUI. EXTENSION EL TIGRE
LA ILUSTRACION
Facilitador: Participante:
Navarro Pablo
Neptali Reyes CI: 16.063.303
Tigre, Mayo 2015
INTRODUCCION
En primer término Kant expone lo que la ilustración significa “la salida del hombre de la minoría de edad causada por el mismo” planteando el problema que cada ser humano posee y que debe resolver por sí mismo. Kant proclamaba como lema de la Ilustración: “Atrévete a conocer! ¡Ten el valor de usar tu propia inteligencia!”.
Kant concibe a la ilustración como un instrumento que libera al ser humano de las cadenas representadas por los perjuicios, la superstición y el fanatismo.
El filósofo alemán Emmanuel Kant definió la Ilustración como el acto por el cual “el hombre se desprende de su inmadurez causada por él mismo”.
La idea que defiende este filósofo es que el ser humano debe abandonar el estado de dependencia o de inmadurez espiritual del cual es culpable, ya que este es cobarde y perezoso. El ser humano debe pensar por sí mismo y no dejar que otros piensen por él. La pereza y la cobardía son las causas de que una gran parte de los hombres permanezca, gustosamente, en minoría de edad a lo largo de la vida, a pesar de que hace ya tiempo la naturaleza los liberó de dirección ajena; y por eso es tan fácil para otros el erigirse en sus tutores.
Kant también habla de la educación como necesaria para que el ser humano aprenda a pensar por sí mismo. Dice que normalmente los padres educan a sus hijos únicamente de adaptarles a su mundo actual, por corrompido que esté, y que deberían darles una educación mejor con el fin de que un mejor estado pueda surgir con el porvenir.
Señala Kant, que, en vez de asumir cada uno la responsabilidad de poner en marcha la propia capacidad racional del saber y del actuar, dejemos que los demás piensen por uno mismo. Es muy cómodo ser toda la vida un menor de edad. Y somos menores de edad cuando, por ejemplo, dejamos que un libro piense por nosotros mismos, o que un tutor reemplace nuestra conciencia moral, o que nos sirvamos de un grupo para ocultar nuestras frustraciones y lograr así refugio y amparo a nuestras irresponsabilidades.
No se debería educar a los niños únicamente según el estado presente de la especie humana,
...