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Enviado por slashhudson13 • 3 de Noviembre de 2013 • 801 Palabras (4 Páginas) • 193 Visitas
Tragicomedia Mexicana I es una crónica que narra los hechos que sucedieron de 1940 a 1970; es un libro que relata con humor los sucesos históricos de tres décadas del acontecer de la vida nacional.
Durante estas tres décadas, cinco sexenios, México vivió lo político como si se tratara de una obra teatral que incluía dos géneros literarios, que son la tragedia y la comedia. Los actores principales (Avila Camacho, Alemán, Ruiz Cortines, López Mateos, Díaz Ordaz) en este escenario fueron los presidentes que manejaron al país a su modo y se comportaban como si en la obra teatral desempeñaran el papel del Rey Sol (cuya frase celebérrima era “el Estado soy yo”).
El poder se heredaba. El presidente, al terminar su periodo de gobierno y despertar de tan hermoso sueño, dejaba un sucesor (tipo monarquía); bastaba escuchar las siguientes palabras para poseer la banda presidencial: “usted será el presidente de la República”. Esto provocaba un descontento que desembocaba en fuertes enfrentamientos durante las primeras elecciones a las que se refiere Tragicomedia Mexicana I , pero de nada servía porque se aplacaba a los rebeldes. El fraude electoral provocó desconfianza en la población y como respuesta para futuras elecciones se abstuvieron de votar (¡de los 17 millones de mexicanos, votaban dos y medio millones!).
Los funcionarios del gobierno transmitían información política y el pueblo, la masa, la recibía. Sus mensajes adoctrinaban, persuadían a la población para hacerles ver que la mejor opción (si no es que la única) era la del partido oficial. Estos políticos tenían la capacidad de hablar y hablar sin decir gran cosa en sus discursos, y poseían la capacidad de lanzar insultos, infundios y descalificaciones contra cualquier cosa que afectaba al partido, al presidente y por ende a la nación.
El disgusto de la población por las artimañas de los funcionarios se manifestaba por medio de huelgas, manifestaciones y mítines, cuyos participantes eran fuertemente oprimidos o “castigados”. La mayoría de las veces, las manifestaciones eran disueltas por los granaderos (devotos de la “Santa Madriza”) o por el ejército por órdenes presidenciales. Se aplastaba a los indefensos que se atrevían a exponer públicamente sus ideas como en el gobierno de Miguel Alemán de “mano dura” y de Gustavo Díaz Ordaz de “mano pesada y durísima”.
Otro modo de expresar el descontento de la población era mediante “rumores” y críticas de la prensa, revistas e historietas (como la Familia Burrón ) que también desembocaron en fuertes ataques a la libertad de expresión por parte del gobierno y a veces hasta en la censura.
Se creó una infinidad de instituciones que aseguraban “el bien común de la población” sin embargo, su verdadera tarea era controlar la población con técnicas como el espionaje. Líderes,
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