Ofrendas

Desde que la humanidad tiene conciencia, siempre se le ha venerado a las personas que ya no están con nosotros, es decir, los muertos la muerte para muchos representa el fin de nuestra existencia, aunque muchas culturas se cree que hay vida después de esta, una existencia en un lugar magnífico donde no existe dolor ni pena en ningún lugar para ser feliz (El paraíso), entre otras cosas más basadas en una religión o en cualquier devoción en alguna religión o no religión. Esta tradición inició como una forma de burlarse, pues, los antiguos Aztecas y Mayas le veían como un sueño eterno, una entrada a otro mundo y era motivo de gran alegría, obviamente a los colonizadores españoles vieron con malos ojos esta forma de ver el fin de la vida, pues para ellos esto (deja de existir) merecía máximo respeto, por lo tanto a todo lugar trataron de reprimir este festival pagano, pues la forma en la que los pueblos de ese tiempo celebraban pretendía ridiculizar a manera de burlarse de esta etapa en el crecimiento de todo ser vivo. El día de muertos es en la actualidad un evento de carácter familiar, cultural y social con un profundo significado: los espíritus de los muertos visitan la tierra y recuerdan a personajes ya sea queridos o que tuvieron una gran influencia en sus vidas actuales. No es algo triste ni horroroso. De esta creencia viene el hecho de colocar ofrendas (comida, santos de devoción, dulces y juguetes para los niños, bebidas, etc.) en el arco de los muertos del cual se piensa los muertos vienen y consumen lo que ahí ha depositado, para que los difuntos degusten lo que a manera de ofrenda se ha colocado ahí. En muchas comunidades del país, el altar representa algo mas que un tipo de ofrenda, se ve como la puerta en la cual las almas del purgatorio pueden pasar hasta este plano y así disfrutar de las ofrendas que para ellos han colocado en el altar. Los componentes más comunes de un altar son: la imagen del difunto que no debe faltar, una cruz representando la purificación del alma, fruta, comida, entre otras cosas ya mencionadas. Esto se vio reflejado en las universidades públicas del país. Tuve el honor de acudir a las ofrendas de mi institución universitaria que exponían tanto de estados de la república, cómo también la imaginación que se le ocurría de manera planificada en la creación de nuevas ofrendas sin ningún tipo de esquema. Considero que es una tradición mexicana de nacimiento, ya que (anteriormente en el documento) los aztecas y mayas veneran a sus difuntos de manera respetuosa a sus personas queridas. Es difícil que una tradición de esta magnitud deje de existir. Las anteriores generaciones, presentes y futuras, adoptan esta tradición como si fuese un día festivo “patrio”, claro, con un aspecto cultural y familiar.

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