Orientación Laboral

1. Primer acercamiento al concepto de orientación laboral

Podemos definir la ORIENTACIÓN LABORAL como el proceso de planificación, previsión de consecuencias, toma de decisiones y puesta en marcha de conductas de búsqueda de empleo. Este proceso normalmente está sujeto a modificaciones constantes a medida que se incorporan nuevas informaciones por parte del usuario o usuaria ante las exigencias que reclama el mercado de trabajo.

El objetivo de la orientación laboral, por tanto, es facilitar al usuario un "patrón" o proceso de planificación, por medio de un apoyo técnico, que servirá como referente para alcanzar la progresiva autonomía en el establecimiento de su itinerario de inserción laboral. De esta manera se pretende mejorar las posibilidades de inserción laboral de los/as demandantes.

El itinerario de inserción es distinto para cada persona, de manera que el/la orientador/a deberá estudiar cada caso y elaborar itinerarios de inserción personalizados para cada persona que busque empleo. Hemos de destacar, a este respecto, que el proceso de orientación es consensuado, de manera que la decisión de establecerlo y realizarlo corresponde únicamente a el/la demandante de empleo. El/la orientador/a deberá fomentar el comportamiento y la toma de decisiones de forma autónoma y servir como instrumento a quien busca empleo.

En la actual sociedad de la globalización y la comunicación, el mercado de trabajo se hace muy variable. Las pequeñas y medianas empresas están obligadas a renovarse continuamente, por lo que son constantes los cambios en su actividad, en sus productos y en sus servicios, así como en su plantilla de trabajadores. Por esto se exige cada vez más una mayor especialización.

Ante esta situación es de vital importancia la figura del Orientador Laboral como instrumento de mediación entre las necesidades del demandante de empleo y las exigencias del mercado laboral, para situar a cada persona en el ámbito profesional más idóneo según sus peculiaridades (formación, características, expectativas laborales…) y su entorno socio-económico.

El orientador laboral trabaja para ayudar a aquellas personas que buscan activamente empleo, ya sea por cuenta ajena o propia, aunque el énfasis se pone en las personas o colectivos con mayores dificultades para su inserción. Forman parte de estos colectivos los jóvenes, sobre todo menores de 30 años, cuyo principal problema es la falta de experiencia; las personas que llevan desempleadas un tiempo considerable o los mayores de cuarenta años; las mujeres, con toda la carga discriminatoria que arrastran aún; los inmigrantes, en su mayoría con dificultades con el idioma y que en muchas ocasiones se encuentran con prejuicios por parte del empresario; y las personas con alguna discapacidad, ya sea física o intelectual.

El principio de actuación, por tanto, es la convicción de que todos deben poder encontrar un sitio en el mercado laboral de forma que cada ciudadano pueda realizarse en él tanto

2. Evolución histórica del concepto de orientación

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La orientación en sí misma ha vivido un largo proceso de consolidación a lo largo del siglo XX, especialmente en el ámbito educativo, y sobre todo vinculada a los procesos de orientación profesional y vocacional. No obstante, la acción de orientar es un hecho natural que ha estado siempre presente en todas las culturas y ha sido necesaria a lo largo de la historia para informar a las personas y ayudarlas a desarrollarse e integrarse social y profesionalmente.

Los orígenes de la orientación, como actividad organizada, los podemos encontrar durante el fuerte proceso de industrialización y los cambios sociales que se generaron a finales del siglo XIX . La nueva situación de creciente industrialización abocaba a los jóvenes de las clases más desfavorecidas a vivir fuertes situaciones de privación y desorientación. Por ello, se hacía necesaria una intervención basada en la ayuda a los individuos para que éstos pudieran adaptarse a los cambios y adecuarse a las nuevas exigencias laborales. Para conseguir los ajustes deseados era imprescindible crear servicios de orientación profesional que facilitasen la ubicación de cada trabajador en un puesto laboral. En Estados Unidos son cruciales, a este respecto, las aportaciones de Parsons, Davis y Kelly; el primero referido en el ámbito propiamente profesional, Davis y Kelly en el ámbito educativo (Monescillo, Méndez y Bisquerra, 1998).

Frank Parsons (1854-1908) fundó en Boston, la primera Oficina de Orientación Vocacional como servicio público fuera del ámbito educativo. La Oficina fundada por Parsons ofrecía ayuda en la búsqueda de empleo a los jóvenes desfavorecidos. La orientación, según Parsons, era un instrumento al servicio del individuo para que éste encontrase el trabajo más adecuado, lo que sería ventajoso para él y para la sociedad. Sus ideas las sintetizó en un lema: “Cada hombre en una profesión, una profesión para cada hombre”.

Jesse B. Davis (1871-1955) emprendió la tarea de la integración de la actividad orientadora en el currículum escolar. Este autor considera la orientación vocacional unida al proceso educativo como medio de ayuda al desarrollo integral y continuo de la persona. Por ello, el objetivo de la orientación vocacional, según él, debería ser el de conseguir que el alumno obtuviera una mejor comprensión de sí mismo y de su responsabilidad social.

En 1914, con Truman L. Kelly, aparece, por primera vez el término educational guidance (orientación educativa); éste consideraba la orientación como un proceso formativo de ayuda, integrado en el currículum escolar, para facilitar las elecciones en los estudios y la resolución de los problemas personales.

Durante la etapa comprendida entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial y el final de los años cuarenta comienza a desarrollarse el counseling , “como un proceso psicológico de ayuda personal para la comprensión de la información profesional y su relación con las potencialidades y posibilidades de la persona” (Monescillo, Méndez y Bisquerra, 1998: 25). A partir de

Bisquerra, 1998: 25). A partir de aquí se producen importantes aportaciones que van a contribuir al desarrollo de la orientación como disciplina científica, manifestándose una clara transición de la orientación vocacional al asesoramiento psicológico (counseling), que incorpora la ayuda individualizada para las personas que necesitan atención psicológica en lo personal o apoyo en la toma de decisiones vocacionales y donde el sujeto, tras evaluar sus posibilidades y potencialidades, debe tomar decisiones para reajustarse al mercado de trabajo. Los objetivos del counseling pueden sintetizarse en tres:

• Conseguir la máxima satisfacción

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