PALACIO DE BELLAS ARTES

PALACIO DE BELLAS ARTES

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El palacio de Bellas Artes está ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México sobre el Eje Central Lázaro Cárdenas esquina con Avenida Juárez. Es la casa máxima de la expresión de la cultura en México. El edificio comenzó a construirse el 2 de abril de 1904 con el objeto de remplazar al demolido Teatro Nacional de México. El proyecto estuvo a cargo del arquitecto italiano Adamo Boari, quien diseñó un edificio ecléctico mezclando los estilos Art Nouveau y Art Decó. La altura del edificio es de 52 metros hasta el espiral y 42. 5 metros hasta el techo. Cuenta con 4 pisos y estacionamiento subterráneo para 470 automóviles, además cuenta con salas de espectáculos, librería, museos, cafetería, venta de discos, tienda de regalos, etc. Su construcción fue suspendida y reanudada varias veces durante treinta años, en vez de terminarse en los cuatro años programados, esto se debió a problemas técnicos de hundimiento del suelo, problemas económicos y la Revolución Mexicana; el problema del hundimiento del suelo aún se puede apreciar, pues el Palacio se encuentra en algún desnivel con respecto al nivel de la calle. La obra fue retomada por el arquitecto Federico Mariscal en 1931 hasta su finalización en 1934. La inauguración del Museo de Artes Plásticas (como se le llamó en ese entonces) se llevó a cabo el 29 de septiembre del mismo año con la obra teatral La verdad sospechosa de Juan Ruiz de Alarcón. La construcción de este edificio propició la fundación del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en 1946.

CARACTERÍSTICAS EXTERIORES. Adamo Boari diseñó un edificio que incorporaba los mejores avances tecnológicos de los mejores teatros de la época. El edificio se caracterizaba por organizar las salas en torno a un gran hall rematado por una triple cúpula situada entre el vestíbulo y la sala de espectáculos, lo cual le daba majestuosidad al edificio. El Art Nouveau se ve en el exterior del edificio introduciendo elementos nacionales como flores de girasol, serpientes, águilas, cabezas de chivos, coyotes, monos, etc., los elementos decorativos fueron diseñados con una delirante línea ondulada inspirada en motivos naturales. No obstante también quiso imprimirle un toque nacionalista, de modo que muchos ornamentos están inspirados en la flora y fauna mexicanas, así como en motivos de origen prehispánico. Se utilizaron diversos tipos de materiales tanto nacionales como extranjeros. Para las fachadas y otros elementos se utilizó mármol de Carrara, Italia, además del mexicano que se trajo de lugares como Yuxtepec, Morelos, Buenavista, Gro., Las Vigas, Ver., entre otros. Para el revestimiento de las fachadas s utilizó mármol de grueso espesor.

CARACTERÍSTICAS INTERIORES. Al reanudar la construcción en 1931, un nuevo estilo dominaba, el Art Decó, este estilo se caracterizó por la geometrización de las formas y por las líneas rectas. Uno de sus mejores ejemplos es el trabajo de mariscal en el interior, donde también aparecen detalles de inspiración prehispánica. Todos los elementos incluyendo los estructurales constituyen sobrios motivos decorativos, con una fuerte tendencia a la verticalidad. La gran cúpula que cierra el vestíbulo es una armazón de metal recubierto con nervaduras de cobre, laminillas de ónix translúcido y cerámica. Los muros, pisos y columnas se revistieron con mármoles mexicanos de distintos colores. En el tercer y cuarto pisos se ubican varias salas de exposiciones del muralismo mexicano destacando Siqueiros, Rivera, Orozco y Tamayo. La escalinata arranca con dos luminarias en forma de fuentes, hechas de acero y cristal esmerilado; entre sus dos rampas, las puertas que dan acceso al vestíbulo de la sala muestran mascarones de Tláloc, el dios de la lluvia. Este largo esfuerzo de construcción y decoración en interiores y exteriores hace evidente una armónica mezcla de estilos, conocida como estilo ecléctico.

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