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PEDAGOGIA DEL ABURRIDO- COREA, LEWKOWICZ.


Enviado por   •  28 de Junio de 2015  •  Tesis  •  4.734 Palabras (19 Páginas)  •  598 Visitas

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PEDAGOGIA DEL ABURRIDO- COREA, LEWKOWICZ.

1) Capitulo 1: ESCUELA Y CIUDADANIA.

El paradigma de los estados nacionales son las instituciones disciplinarias (familia, escuela, fábrica, hospitales, cuarteles, prisiones)

ciudadano: subjetividad: resultante del postulado de igualdad ante la ley. Es el depositario de una ciudadanía que no ejerce. La soberanía proviene del pueblo, no permanece en el pueblo. El acto ciudadano por excelencia es el acto de representación.

Para poder delegar, el ciudadano tiene que estar educado. Es decir se trata de educar las capacidades de representar, es decir de forjar la conciencia nacional.

La soberanía emana del pueblo, se plantea un problema que define un pueblo (la lengua, la religión la raza) no. la historia, el pasado común. Fundamento del lazo social. y la elección política dependerá de cuál de las potencias contenidas en germen en el pasado nacional es llevado al acto. Allí reside su identidad.

Nietzche en "sobre el porvenir de nuestras escuelas" dice que nuestras escuelas tienen como fin producir un tipo de individuo que se revele lo antes posible como un empleado útil y en asegurarse un máximo rendimiento incondicional.

Según la lógica del capital (producir plusvalía) la fuerza de trabajo intelectual debe estar al servicio de proceso de valorización del capital. Este inmenso arsenal de mercancías y de signos la posición que se propugna para los individuos es ser consumidores.

Las instituciones sin estado producen sufrimiento, cualquier marca en la subjetividad (sea estatal o mercantil o institucional) será padecido. Esas marcas son la destitución y la fragmentación (no hay normativa compartida) no hay escuela nacional sin estado nación. hay escuelas pero su sentido es otro ya no son aparecidos

Las condiciones generales con las que tiene que lidera (violencia no son estatales sino mercantiles (ciudadanos: consumidores) la escuela (sin función ni capacidad para adaptarse) funcionan como galpones. antes oprimía pero por lo menos enlazaba.

Ya no hay una subjetividad institucional, sino masmediática.

no se trata ya de disciplina y poner sino de imagen y opinión

se arma entonces un desacople subjetivo entre la interpelación y la respuesta como babel sin torre.

Las reglas no se relaciona con la ley general sino con reglas que permitan jugar a lo que queremos jugar y en esto hay una pura necesidad de "así no se puede".

Capitulo 2: PEDAGOGIA Y COMUNICACIÓN EN EL AREA DEL ABURRIMIENTO.

El paradigma de la comunicación es la matriz silenciosa que atraviesa cualquier experiencia pedagógica, bajo una idea de la comunicación entre semejantes igualados por los mismos códigos se teje la subjetividad estatal.

La comunicación ha sido un dispositivo de producción de subjetividad y el término clave de ese dispositivo fue el código. Pero la comunicación actual es una comunicación informal por esto la comunidad actual es la comunidad virtual.

El pasaje de la comunicación a la información comparte la destitución de un elemento clave en la constitución de la subjetividad pedagógica y estatal, EL CODIGO.

En el ámbito educativo podemos decir que la educación ha cesado porque ha cesado la subjetividad pedagógica por eso decir que no hay escuela es decir que se ha agotado la serie de condiciones mediante la que se producía la subjetividad pedagógica.

El agotamiento de la metainstitucion estatal acarrea un desconocimiento: el de las instituciones que se reproducían en la lógica, en el ritmo estatal y en una ligazón funcional con el estado.

Cuando decimos “agotamiento” nos referimos a la capacidad de instituir, cuyo requisito de solidez, sistematicidad, fijación y perduración es hoy imposible. La experiencia social del espacio y el tiempo se ha transformado bajo el efecto de la tecnología de la información y variación de la naturaleza del capital que profundamente se han visto afectados por el paradigma informacional; en el área de la información, la comunicación ha dejado de existir.

La comunicación ha dejado de ser una vía para establecer relaciones entre semejantes mediatizada por un código. Esto significa que en una comunidad de habitantes todos los individuos remiten los mismos signos a los mismos referentes, es decir, se instituye el sentido.

Para que esto suceda se necesitan 2 condiciones: permanencia y repetición. El sentido del signo debe permanecer implícito durante cierto tiempo para que las remisiones puedan repetirse y el código esta implícito, es decir, somos diferentes entre nosotros pero iguales ante la ley del código.

Emisor y receptor son lugares que se conectan en el tiempo mediante un instituido estable: EL CODIGO, este es una identidad inexistente. Pero destituido el código, la comunicación actual se da por una descomunicación, sin código compartido. Por lo mencionado anteriormente la comunicación funciona en base a equívocos y mal entendidos. La impertinencia se toma como la figura de la fragmentación y la culpable de la desaparición del código, ella aparece cuando no existe ningún parámetro instituido de reconocimiento de los signos. En la relación con la información, el flujo continuo de la información anula la dimensión espacio-temporal de la comunicación. Ahora hay que pensar de que manera comunicarnos sin suponer un código compartido.

Una subjetividad es un modo de hacer con lo real y llamaremos a estas practicas, operaciones. La subjetividad es una serie de operaciones realizadas para habitar un dispositivo, una situación, un mundo; la subjetividad se instituye reproduciéndose, al mismo tiempo que se reproduce el dispositivo que instituye la subjetividad.

Las subjetividades estatales están solidamente instituidas; producen construcciones como la memoria, la conciencia que se organiza sobre elementos que pueden ser recuperados por la memoria, el saber y su elemento esencial es la concentración. En cambio, la subjetividad informacional o mediática se nos presenta como una configuración precaria y esta requiere exterioridad y descentramiento.

Cualquier dispositivo de saber interviene sobre un aspecto decisivo del circuito comunicativo: la recepción.

En la era de la información: la recepción no esta asegurada hay que producirla y es el emisor el que debe pensar esto. Además debemos pensar en los modos de hegemonía de la información, entonces debemos pensar en la situación, en la velocidad, en el exceso.

La paridad entre un niño y adultos se produce en el dialogo, que incluye a la recepción. Es necesario instituir cada vez el lugar del otro, el lugar propio e instituir el código, esto

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