PENSAMIENTO CRITICO

Pensamiento Crítico

En primer lugar, resulta inquietante el gran número de perspectivas que se abren a partir del concepto de “crítico”; las cuales van desde formas de actuación, procesos de enseñanza-aprendizaje, pedagogías, niveles de lectura, etc. Sin embargo, a la hora de abordar un concepto claro y específico sobre el pensamiento crítico, conviene hacer un recorrido breve sobre los orígenes conceptuales que dieron cabida a éste.

Vale la pena identificar el origen mismo de la palabra crítico que se puede rastrear desde el griego  κριτικός – Kritikós¸ el cual define la capacidad de discernir, separar, juzgar o valorar, en gran medida como ejercicio para diferenciar entre lo bueno y lo malo. Desde esta raíz, el concepto de lo crítico está inminentemente atado a la facultad de pensar; por ello se habla de “Pensamiento Crítico”, y aunque pareciera redundante la relación intrínseca que hay entre uno y otro concepto, no ha sido del todo clara a través del tiempo, y es precisamente el filósofo Matthew Lipman quien lo incorpora al ámbito educativo.

Si bien se pueden hallar varios intentos de acercamiento a la idea de conectar el pensamiento con la realidad contextual de cada individuo, principalmente en la Ilustración con Kant, cuyas ideas servirán como gran fundamento para el desarrollo del pensamiento crítico más adelante, es apenas hacia  la segunda mitad del siglo XX cuando varios pensadores norteamericanos se cuestionan sobre los verdaderos propósitos de la educación, puesto que se auguraba un reduccionismo del conocimiento como instrumento de preparación exclusivo de la vida laboral, desconociendo otros ámbitos de trascendencia. Bajo este panorama, la escuela, y en general cualquier escenario educativo, enfrentaba las desavenencias de un pensamiento que no lograba elevar las capacidades de cada uno de sus actores hacia ideales más adecuados y pertinentes con la sociedad de ese momento, problemática que fue rápidamente detectada por varios pensadores del momento, principalmente Lipman.

Asumir el conocimiento de una manera más activa fundamenta la trasformación de varios acciones educativas, que dejan atrás paradigmas tradicionales de trasmisión, para adoptar procesos de desarrollo del pensamiento que optan por sujetos conscientes de su realidad con las competencias suficientes para lograr su transformación; es decir, el traslado del papel protagónico del docente hacia el educando, lo cual supone la máxima de los modelos pedagógicos actuales.

A partir de lo anterior, el “pensamiento crítico” es un proceso de construcción de pensamiento estructurado que se fundamenta en la experiencia, la razón, el análisis y el conocimiento que le permiten a un sujeto determinar sus acciones y decisiones de manera autónoma (Pensar por sí mismo) que, a su vez, le facultan para transformar su realidad, además que le permite autoevaluarse y reconocer las demás formas de pensamiento que también le aportan en su permanente de-construcción.  

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