PIB VERDE

El producto interno bruto verde es un índice de crecimiento económico de las consecuencias ambientales de que el crecimiento en cuenta en el PIB convencional de un país. PIB verde monetiza la pérdida de la biodiversidad, y es responsable de los costes ocasionados por el cambio climático. Algunos expertos medioambientales prefieren indicadores físicos, que pueden ser agregados a índices como el "Índice de Desarrollo Sustentable".

Cálculo del PIB Verde

Cálculo de PIB verde requiere que el consumo de capital natural red, incluyendo el agotamiento de recursos, la degradación ambiental y las iniciativas ambientales de protección y de restauración, se restará de PIB tradicional. Algunos cálculos iniciales de PIB verde tienen en cuenta uno o dos, pero no todos los ajustes ambientales. Estos cálculos también se pueden aplicar a NDP, que deduce la depreciación del capital producido a partir del PIB. En cada caso, es necesario convertir la actividad de recursos en un valor monetario, ya que es de esta manera que los indicadores se expresan generalmente en las cuentas nacionales.

Razón fundamental

La motivación para la creación de un PIB verde procede de las limitaciones inherentes del PIB como indicador del desempeño económico y el progreso social. Sólo se evalúa la producción bruta, y no cuenta con un mecanismo para la identificación de la riqueza y los activos que subyacen en la producción. Esto es problemático, ya que no puede dar cuenta de agotamiento permanente o significativa o reposición de estos activos. En última instancia, el PIB no tiene capacidad para identificar si el nivel de ingresos generado en un país es sostenible. Richard Stone, uno de los creadores del indicador PIB original, sugirió que si bien "los tres pilares sobre los que un análisis de la sociedad debe descansar son los estudios de fenómenos económicos, socio-demográficos y ambientales", que había hecho poco trabajo en el área de cuestiones ambientales.

Historia

Muchos economistas, científicos y otros académicos han teorizado sobre el ajuste de los indicadores macroeconómicos para dar cuenta de los cambios ambientales. La idea fue desarrollada desde el principio a través del trabajo de Nordhaus y Tobin, Ahmad et al., Repetto et al., Y Hartwick.

En 1972, William Nordhaus y James Tobin presentó el primer modelo para medir el consumo real anual de los hogares, llamada la medida del bienestar económico. MEW ajusta PIB para incluir el valor del tiempo libre, el trabajo no remunerado y los daños ambientales. También definieron un valor MEW sostenible, y su trabajo fue el precursor de las medidas más sofisticadas de desarrollo sostenible.

Repetto estudiarse más a fondo el impacto que el fracaso de las economías basadas en los recursos para tener en cuenta la depreciación de su capital natural podría tener, sobre todo por las evaluaciones de distorsión de las relaciones macroeconómicas y el desempeño. Él y sus colegas desarrollaron el concepto de la contabilidad de la depreciación, que los factores de depreciación del medio ambiente en las "medidas globales de los resultados económicos."

En su informe seminal, "Contabilidad Económica para el Desarrollo Sostenible", Yusuf Ahmad, Salah El Serafy y Ernst Lutz compila trabajos de varios talleres patrocinados por el Banco Mundial-PNUMA, convocada después de 1983, sobre la forma de desarrollar la contabilidad ambiental como herramienta de política pública. El tema central de todos los argumentos de los autores es que el sistema de cuentas nacionales, ya que tradicionalmente se calcula el ingreso, omite aspectos importantes del desarrollo económico que deberían ser incluidos. Una discrepancia importante en los indicadores ajustados ambientalmente es presentada por Anne Harrison y Salah Serafy en sus respectivos capítulos. Harrison sostiene que los ajustes necesarios deben ser realizados en el marco del SCN existente, mientras que El Serafy sugiere una redefinición de lo que constituye la demanda intermedia y final. En su opinión, el SCN no debe considerar la venta de capital natural como la generación de valor agregado, mientras que al menos una parte de los ingresos generados por esta venta debe ser excluido de PIB y producto neto. Esto permitiría efectivamente PIB continúe siendo utilizado ampliamente.

En "Recursos Naturales, Contabilidad Nacional y depreciación económica," John Hartwick presenta una metodología contable para encontrar inclusive NNP del agotamiento de las poblaciones de los recursos naturales mediante la representación de la utilización de los recursos naturales como "magnitudes depreciación económica."

Este método de contabilidad, lo que hace ajustes a los indicadores de las cuentas nacionales existentes, encontró fuerza en el Sistema de Cuentas Económicas y Ambientales Integradas, publicada por las Naciones Unidas como un apéndice del SCN 1993. El informe ofrece cinco enfoques o versiones, para el desarrollo de la contabilidad ambiental. Con los años, el SCAEI se ha ampliado y revisado en vista de la mayor sofisticación de los métodos de contabilidad y tecnología. Esta revisión se analizará con más detalle en la sección "Iniciativas Global". En última instancia, la importancia de la SCAEI con respecto al PIB verde es que es posible crear cuentas de secuencia completa desde la que los agregados tales como el PIB verde se pueden derivar y se comparan internacionalmente, y muchos países han iniciado este proceso.

Varios informes e iniciativas después de la SEEA-1993 han explorado la posibilidad de ampliar o modificar el alcance de los indicadores macroeconómicos ambientalmente ajustados. A medida que la popularidad del PIB verde y otros indicadores macroeconómicos ajustados ambientalmente crece, su construcción se basará cada vez más en este cuerpo en continuo desarrollo de la investigación, sobre todo en lo que respecta a la metodología asociada a la valoración social de mercado.

En 1993, la Oficina de Análisis Económico, el contador oficial de la economía de EE.UU., empezó a responder a las preocupaciones de que el PIB necesaria reorganización. La agencia comenzó a trabajar en un sistema de contabilidad verde llamado contabilidad ambiental y económica integrada. Estos primeros resultados publicados en 1994 mostraron que las cifras del PIB fueron exagerando el impacto de las empresas mineras a la riqueza económica de la nación. Las empresas mineras no les gustaba los resultados, y en 1995 Alan B. Mollohan, un representante demócrata de un país de carbón de West Virginia, patrocinó una enmienda a la Ley de Asignaciones de 1995, que dejó la Oficina de Análisis

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