PREMIATE: NO ESPERES QUE LO HAGAN LOS DEMAS.

Para una persona su estado de ánimo es algo primordial y un elemento tan vital como su imagen personal, sus creencias y sus estrategias. Hace poco hablamos de lo negativo de la vida, y de cómo ahuyentar esa negatividad, pero hay muchas otras formas de perder nuestro ánimo positivo el resto de la semana.

Algo muy común que nos pasa a todos es sentirnos infravalorados cuando hacemos algo bien -un logro laboral, terminar un proyecto lo mejor que hemos sabido, poniendo lo mejor de nosotros mismos- para luego al final no ser ni felicitados ni. ¿Por qué ocurre esto?

TODO EMPIEZA DE NIÑOS

Cuando somos pequeños nuestros padres con inculcan en nuestra mente el programa "sargento de hierro" de obedecer sin rechistar y cuando crecemos un poco y nos enfrentamos a la vida, a los exámenes y trabajos del colegio nuestros profesores nos inculcan la idea que "lo normal" es hacer bien las cosas, que para eso estamos ahí, y que "correcto" o incluso "muy bien" es lo normal.

Pero no es cierto, lo normal es hacer las cosas que nos imponen con desganas desmotivados y siempre lo llevamos a cabo por obligación moral,económica o por miedos .

Vivimos en un mundo en que todos nos creemos con derecho a exigir a los demás y al mismo tiempo que nos den una palmadita en la espalda cada vez que realmente nos involucramos en cuerpo y alma a algo, pero si tenemos en cuenta que lo normal es lo contrario podemos remontar y dar el primer paso para dejar que la falta de apoyo interno nos afecte. ¿Cuál es el antídoto perfecto para esto?

TU SABES LO QUE VALES Y CUANDO LO HACES BIEN

Es así de fácil: cada día que hagas algo muy bien, en vez de ir como un perrito moviendo la colita esperando que los demás -tus padres, tus jefes, tus profesores, incluso tus amigos- te tiren el huesito de premio PRÉMIATE A TI MISMO-A.

¿Hace cuanto que no haces cosas que realmente quieres hacer? ¿Aplazas siempre para las vacaciones esas cosas? ¿A qué esperas? Todo el esfuerzo que haces cada día no sirve de nada si no tienes ilusión por recompensarte, pero ¡no esperes que sean los demás los que premien, hazlo TU MISMO-A.

Nadie excepto tu sabe lo que realmente te cuesta hacer las cosas, ni cuanto te has dejado la piel ni como de satisfecho te sientes contigo mismo por haber puesto el listón más alto.

Y dado que todo el mundo también tiende a creer que hace y vale más que los demás es poco probable que la recompensa moral de la felicitación por parte de ellos SEA JUSTA.

Además, como todos hemos ido a veces a reclamar a los demás nuestra porción de mérito y si no hemos acabado discutiendo sobre "quien hace más o mejor" cada cual suele hacer de su propia capa un sayo y hacer que el rencor surja de alguna forma, por ejemplo días después con un comentario tipo "mira lo que yo hago, tú no eres el único que hace cosas por aquí".

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