Para entender la equidad de género debemos dividir lo que es el género con el sexo pues estos son dos conceptos diferentes.

Para entender la equidad de género debemos dividir lo que es el género con el sexo pues estos son dos conceptos diferentes.

Sexo es la situación física o biológica de una persona al hablar de mujer o de hombre y genero es un conjunto de características psicológicas, sociales, políticas y culturales de las personas, características que se ven transformando con el tiempo y, por tanto se pueden modificar.

En la equidad debe existir un respeto constante y la persistente búsqueda de lo justo, en donde deben marcarse las diferencias y hacer de las condiciones una vida digna, la equidad va tomando importancia cuando surge la discriminación a grupos sociales o a personas que en algunos lugares son considerados inferiores un ejemplo notorio es la discriminación a las mujeres; por lo largo de la historia y en la actualidad en muchos países las mujeres son consideradas inferiores sin valor de ahí que surja el machismo.

Con la equidad se trata de tolerar y respetar las condiciones religiosas. Sexual. Cultural y apariencia de toda persona.

En una sociedad democrática debe existir igualdad entre hombres y mujeres, no hay una receta secreta, es el respeto la base de una humanidad satisfecha que no hace distinción de género.

En el campo de las ciencias sociales, una de las contribuciones teóricas más significativas del feminismo contemporáneo aun cuando desde 1949 con las declaraciones de Simón de Beauvoir escritora, profesora y filosofa francesa quien escribió sobre temas políticos, sociales y filosóficos, quien con su célebre declaración “uno no nace, sino se hace mujer”, rompió con los cánones de su época, exhibiendo un pensamiento progresista que inspiro a miles de mujeres respecto a un destino establecido, cobrando fuerza hasta los años setentas las cuestiones de género en el mundo intelectual feminista.

En México y en América Latina el proceso de asimilación de su aceptación se rezaga y solo hasta los años 90 se siente el impacto de la perspectiva de género en el mundo feminista, sin embargo en nuestro país no había una confrontación tan fuerte como hasta ahora, siguiendo los pasos de un mundo más abierto como el anglosajón, y a pesar de los debates, las solicitudes sociales  se sigue pensando y actuando como lo que es propio de los hombres (lo masculino) y lo que es propio de las mujeres (lo femenino).

En México la violencia, la ignorancia, la pobreza y los desequilibrios laborales afectan más a mujeres que a hombres “como sociedad no podemos ignorar que estamos lejos de alcanzar unas verdadera igualdad de género”, estableció el rector de la UNAM, José Narro robles, en un mensaje a las universitarias con motivo del Día Internacional de la mujer.

La máxima participación de las mujeres, en paridad de condiciones con el hombre, en todos los campos, es indispensable para el desarrollo pleno y completo de un país, el bienestar del mundo y la causa de la Paz.

En este país a la fecha se acepta que haya menor remuneración salarial respecto de los hombres en los mismos empleos, o los de mejor perfil no son considerados en primer orden a una mujer y más indignante que la circunstancia de ser una mujer indígena marque negativamente a una persona con tan pocas posibilidades de desarrollo, viviendo en un analfabetismo y pobreza que lleva también a enfermedades y embarazos que no son asistidos causando hasta la muerte, estas mujeres son las más vulnerables, y  justificándose con los usos y costumbres que resultan ser una verdadera barbarie,

No obstante que desde los años setenta México ha presentado importantes cambios en diferentes ámbitos de la demografía y con mayor énfasis en el descenso de la natalidad y mortalidad, epidemiologia, apertura económica e intensificación de los procesos migratorios. Estas tendencias no han significado cambios importantes en la vida de las mujeres. La población femenina ha empezado a trazar un camino de lucha que la ha llevado a incrementar su participación en la vida económica, social y política, cuyo avance ha sido variado y han prevalecido condiciones de desigualdad de género, violencia, discriminación y diferenciación sexual en el acceso a las oportunidades.

La participación económica del sector femenino ha significado mayor autonomía económica pero también una mayor carga de trabajo al no haberse reducido, en la misma proporción, el tiempo que se destina al trabajo domestico y el cuidado de personas, hoy en día todavía muchas mujeres tienen que contar con autorización de sus maridos para realizar trabajo fuera de casa, desconociéndolas como autónomas y dueñas de su proyecto de vida, los roles que tradicionalmente le han sido asignados, los comportamientos sociales, familiares y laborales están basados en un imaginario social que parte de estereotipos de quienes administran e imparten justicia, al no detectarlo ni cuestionarlo reproducen las condiciones estructurales que obstaculizan el acceso a los derechos y condenan a las personas a cumplir con determinados roles a partir de su identidad.

La labor Jurisdiccional juega un papel muy importante en las características de las mujeres, quienes se encargan de impartir justicia tienen en sus manos hacer realidad el derecho a la igualdad, para lo cual deben evitar que en el proceso de interpretación y aplicación del derecho intervengan concepciones prejuiciadas de como son y deben comportarse las personas por pertenecer a un sexo o genero determinado, o por sus preferencias u orientaciones sexuales.

Lo más significativo de la Reforma Constitucional, en materia de los derechos Humanos  fue el 10 de junio del año 2011 en México, en donde las personas y sus derechos son colocados como ejes centrales de la impartición de justicia, las transformaciones renuevan y reafirman el compromiso de las autoridades del estado Mexicano de incorporar en su quehacer jurisdiccional los tratados internacionales en materia de Derechos Humanos.

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