Penitenciarismo
Enviado por victoreli • 16 de Septiembre de 2014 • 745 Palabras (3 Páginas) • 229 Visitas
GESTION DE UN DIRECTOR PENITENCIARIO (reflexión)
25 de enero de 2014
Cuando el Director Penitenciario se encuentra dispuesto a asumir los desafíos institucionales con una actitud positiva y optimista, es capaz de ver el cielo despejado y de color azul. Sin embargo, cuando el líder imperceptiblemente se carga de negatividad, lo que consigue es generar un sinnúmero de nubes grises que opacan la brillantez de su talento para asumir los desafíos que se le imponen.
Bien sabemos que la actitud del Director Penitenciario es determinante en la formación de la cultura de la institución, pero también en el cultivo de unas sólidas relaciones interpersonales que necesitan motivación y un trato humano cordial y generoso. Por tanto se requieren de líderes amables, , honezto, humildes, respetuosos y abiertos a los demás.
Para ser un buen Director Penitenciario no basta sólo con tener sólidos conocimientos académicos, aptitudes para ejercer un determinado cargo, sino también actitudes que demuestren un trato personal de talla. Ser Director, más que ciencia es un arte que hay que saber conquistar con un aprendizaje continuo en el cuál lo importante no es no caer, sino levantarse siempre, corrigiendo y asumiendo los errores que como seres humanos cometemos.
Una de las actitudes necesarias es aquella para afrontar el cambio. Es innegable que no siempre en las actividades de la institución se vislumbran cielos azulados que perfilen un buen destino del objetivo alcanzado. Sin embargo, si existe la voluntad de poner los medios adecuados sabiendo que son las personas y el talento humano la clave para el impulso, podemos hacer cambiar el panorama referido.
La iniciativa para proponer cambios necesarios debe ir acompañada de un orden que sistematice su ejecución y evaluación respectiva, pues no se trata de plantear intenciones temporales sino que perduren en el tiempo y que tenga efectos positivos en quienes laboran en esta institución.
“El buen liderazgo es generador y multiplicador de ideas, valores y actitudes... no es un debate sobre quién manda, sino sobre el sentido que le damos a nuestra acción cotidiana; sobre cómo se construye el sentido de lo que hacemos, cómo se comparte y hacia dónde nos moviliza”.
Lo importante será que quien se proponga formarse como Director Penitenciario empiece por reconocerse humildemente a sí mismo, un auto-conocimiento sincero que le leve a percibir sus falencias y tomar un plan de acción concreto que permita corregirlas a tiempo. El Director debe aprender a valorarse con sus defectos y virtudes. Luego de ello, el director deberá tomar una actitud obsecuente con el cultivo de la libertad responsable, es decir que siempre que tome una decisión en cualquier ámbito de la institución debe medir las consecuencias humanas o financieras que traerá dicha acción en el futuro.
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