Periodismo
Enviado por francisco052 • 11 de Julio de 2014 • 1.006 Palabras (5 Páginas) • 162 Visitas
TRABAJO PRÁCTICO
Dado el documento “El periodista corrupto”:
Agregar, pies y cabeceras.
Hacer los ajustes necesarios de márgenes.
Tratar que quede igual al documento “El Periodista Corrupto-Enrique Roldós” que puede
Descargar desde los Recurso Adicionales.
Chasqui
El periodismo corrupto
Enrique Roldós, periodista uruguayo
En ausencia de reglas legales que la defiendan, la actividad periodística en América
Latina está controlada por políticos y empresarios. Este escenario alienta la corrupción de
los comunicadores y condiciona a la prensa independiente.
Una de las materias preferidas de la prensa es la corrupción de los otros y escasas veces
los periodistas nos interrogamos públicamente sobre qué sucede dentro de nuestra
profesión. Esta situación condujo a que en Uruguay, hace pocas semanas, el director y
propietario de la revista Posdata se agraviara porque algunos órganos de prensa
informaron sobre las instancias judiciales en que se encontraba involucrado por delitos
económicos. De inmediato se le contestó con un dato obvio: su revista difundía muy
frecuentemente información surgida de los tribunales. No podía pretender ser una
excepción.
Este caso es representativo de un fenómeno bastante extendido en el mundo, el del
«periodista dueño de medios». Se trata de un híbrido profesional en el que se confunden
la libertad de prensa con la libertad de empresa. Equilibrar en una misma persona el
interés de lucro con el afán de verdad parece una tarea difícil, dado que los mismos se
encuentran en permanente tensión. La situación se agrava en medios de pequeño o
mediano porte sin demasiada solvencia económica.
Trabajo insalubre
Es corruptor aquel que, para ascender en su carrera, un día se encarniza, interrogando a
un candidato presidencial y al siguiente le sostiene el micrófono a otro, para que declare
lo que se le ocurra.
En cambio el periodista profesional no padece esta tensión: recibe un salario y de él no se
espera que hable de un mundo imaginario o recortado, sino que refleje e interprete la
realidad. Sin embargo, no siempre el producto que recibe el público es el esperado,
porque los medios no funcionan en ambientes de laboratorio. La posición política de la
empresa, su inserción en un conglomerado multimedia y el peso de sus avisadores -con
gritos o susurros- ponen trabas a su línea periodística. En estas circunstancias -presentes
en la mayoría de los medios latinoamericanos- el profesionalismo retrocede hasta
embotarse, refugiándose en lo oficial y en aquello que afirman las fuentes interesadas. La
investigación propia se transforma en una rareza y, cuando existe, muchas veces no está
comprometida con el público sino que es funcional a los intereses de determinados
grupos de poder.
¿Es corrupto el periodista que trabaja dentro de este esquema? No lo es necesariamente,
ni la mayoría de las veces, pero sin dudas podría desarrollar su profesión en un medio que le proporcionara mayores libertades. Aun con las limitaciones que la empresa
impone, se debe aspirar a un ejercicio honesto de la profesión; a que el periodista refleje
la verdad, que actúe
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