Perros Shih Tzu
Enviado por santiagofv • 9 de Abril de 2014 • 1.637 Palabras (7 Páginas) • 347 Visitas
Orígenes tibetanos
Aunque ha habido tiempos en los que los chinos y los tibetanos han cooperado entre ellos, han exixtido frecuentes conflictos entre estos dos países desde el siglo VII. En nombre de la diplomacia, los nobles tibetanos tomaban a veces como esposas a jóvenes de la realeza china. Así pues, ello conllevaba que se intercambiasen regalos entre las gentes de estas dos grandes culturas, tan ricas en leyendas. Frecuentemente, estos regalos consistían en perros.
Se dice que el Lhasa Apso, una raza tibetana, antepasado directo del Shih Tzu, existe desde el año 800 aC, pero no hay ninguna evidencia tangible de esto, ya que no se conservaron registros históricos escritos en el Tíbet hasta alrededor del año 639 dC.
Debido a que el Shih Tzu descendió del Lhasa Apso tibetano, se considera al Tíbet como el primer y más antiguo país de origen del Shih Tzu. Los perros eran ofrecidos como ofrendas para que los viajeros tuvieran un buen viaje desde el Tíbet hasta China, ya que el largo viaje en caravana duraba de ocho a diez meses. Los Lhasa Apso tibetanos no eran considerados como animales sagrados, pero aun así se los tenía como posesiones muy valiosas. Sólo eran dados como regalo: nunca eran vendidos. Los perros eran tenidos, sin duda alguna, en muy alta estima, ya que se creía que encerraban las almas de los monjes que habían pecado en sus vidas anteriores.
El budismo se extendió desde la India hasta el Tíbet en el siglo VII, pero no fue adoptado en China hasta el año 1253, en tiempos del Kublai Khan. El león, en sus varias formas mitológicas, juega un papel importante en el budismo. De hecho, se cree que el buda Manjusri, dios del aprendizaje, viaja por el mundo como un simple monje acompañado de un perro pequeño. Este perro, llamado Hapa, puede transformarse al instante en un león, para que el Buda pueda ir a lomos de él. Al león de las nieves se le considera como el rey de los animales, y es con este animal mitológico de color blanco con el que están más estrechamente relacionados el Shih Tzu y el Lhasa Apso. Se cree que el león de las nieves es tan poderoso que cuando ruge aparecen siete dragones en el cielo.
Los tibetanos siempre han establecido una distinción entre el «verdadero» león y el «perro-león», pero nunca han sido muy claros en lo referente a los nombres de sus razas. Sin duda, hubo cruces entre algunas de las varias razas tibetanas. Incluso hoy día es posible hacer criar a dos Lhasa Apso o Shih Tzu con el pelaje completo y dar lugar a uno o más cachorros con el aspecto de Spaniels Tibetanos de pura raza. Esto puede parecer algo sorprendente, pero es, claramente, un salto al pasado. Es interesante ver que los tibetanos llaman «Apsok» a todas las razas de pelaje largo, lo que complica todavía más el tema cuando tratamos de investigar la historia de las razas tibetanas.
Sabemos que se puede seguir del rastro al Shih Tzu hasta llegar a perros de origen tibetano. También debemos fijarnos en los perros que se encontraban en China en esos tiempos, ya que se trataba de ejemplares con los que fueron cruzados esos antiguos antepasados del Shih Tzu.
Orígenes chinos
Se cree que los «perros cuadrados» que fueron aceptados por un emperador chino en 1760 aC eran de tipo Chow Chow, aunque desconocemos su tamaño. De todas formas, se sabe que en el año 500 aC no se trataba de perros que simplemente seguían a los carruajes de sus amos, sino que también iban acompañados de otros perros de hocico corto. Estos últimos eran llevados en el interior de los carruajes, así que podemos suponer, con seguridad, que se trataba de perros bastante pequeños. Se dice que los huesos nasales de los cachorros chinos eran rotos con palillos para acortarlos, aunque el cráneo de un antiguo perro de hocico corto que se encuentra en el Museo Británico tiene un hocico que es de por sí corto y sus huesos no están rotos.Shih Tzu
Hacia finales del siglo I dC, los emperadores mostraron un claro interés por los perros pequeños. Un perro de extremidades cortas, conocido con el nombre de «perro Pai» tenía su lugar bajo las mesas. Esto puede parecer algo insignificante hasta que uno considera que, como la gente se sentaba en el suelo para comer, las mesas chinas debían ser muy bajas. Por tanto estos perros debieron ser, en verdad, muy pequeños. Se les concedían grandes honores: de hecho, en el año 168 dC se le concedió a uno de ellos la más alta distinción literaria de la época. A muchos machos se les concedió el rango de K'ai Fu, que se halla justo por debajo de la distinción de virrey, mientras que a las hembras se les concedía la categoría de esposas de tales dignatarios. Estos afortunados perros disponían de soldados para protegerlos y de alfombras sobre las cuales dormir, y se les alimentaba
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