Perspectivas De La Educación En El Marco De La Globalización
Enviado por lizylorenz12 • 9 de Mayo de 2013 • 1.695 Palabras (7 Páginas) • 417 Visitas
Perspectivas de la educación en el marco de la globalización
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La sociedad del S. XXI está marcada por los signos y tendencias de la globalización, entendida ésta como un proceso acelerado de intercambios comerciales y financieros (Comeliau, 1995) que se establecen entre las distintas regiones del mundo. Las leyes del mercado son las que determinan, en primera instancia, las políticas para el desarrollo en todos los países y, en esa vía, se priorizan acciones que tienden a reproducir este modelo económico neoliberal, ajustándose a las normas o reglas del juego que se dictan en los organismos financieros internacionales (FMI, BM, OMC), para responder a las exigencias del mercado internacional. En este contexto, dichas exigencias ahondan las desigualdades entre los países industrializados y los países en vías de desarrollo, como el nuestro; por lo que se plantea como imperativo contrarrestar los efectos negativos de este proceso a partir de la reflexión sobre las mejores formas de equilibrar las políticas para el desarrollo con la satisfacción de las necesidades esenciales de la población, de tal manera que le permitan a esas grandes mayorías elevar sus niveles de vida. Y el papel que le corresponde jugar a la educación, está en el centro del debate.
De acuerdo con autores como McGinn (1995) y Licha (1996), la situación anteriormente descrita obliga a reflexionar sobre las siguientes cuestiones: ¿Qué tipo de educación se requiere para hacer frente al proceso de globalización en este siglo XXI? ¿Cuáles son las competencias que la escuela debe desarrollar en las jóvenes generaciones? ¿De qué manera puede responder el campo educativo a las demandas de un modelo económico que propicie el desarrollo?
Para responder a estas interrogantes hemos creído pertinente, en primer lugar, presentar algunas características generales de lo que se entiende por globalización; después abordaremos las necesidades del mercado laboral y su relación con los cambios curriculares que se requieren para “satisfacer” el tipo de formación específica que la estructura productiva actual demanda; finalmente plantearemos algunas consideraciones sobre la viabilidad de estas propuestas en países en vías de desarrollo y el contexto en que se presenta la necesidad de un enfoque humanista que debe permear el discurso educativo. Creemos que son algunas cuestiones claves que nos pueden arrojar luz sobre el tipo de relaciones que se pueden establecer entre ciencia, educación y sociedad y que limitan las opciones para el desarrollo en un país o, gracias al enfoque con que se articulen, permiten avanzar, hacer frente a la globalización, vinculando la política económica a la política social. Claro que ése es el reto.
Giddens (2000: 28) menciona que la sociedad actual se caracteriza porque “el mundo actual (...) parece estar cada vez más fuera de control (...) es un mundo desbocado”, un mundo dirigido por la economía norteamericana que trastorna nuestros modos de vivir, nos globaliza y nos sumerge en una complejidad cultural al exponernos a un bombardeo continuo y permanente de imágenes e información a lo largo del planeta. Se trata, siguiendo a este mismo autor, de una “nueva economía electrónica global” donde en un momento se pueden hacer operaciones millonarias de capital oprimiendo el botón de un ratón, pero que no se reduce a la esfera económica, sino es un fenómeno que influye en las profundidades de nuestra vida personal.
Así pues, la globalización comporta múltiples dimensiones y se puede decir que se basa en la intensificación acelerada de intercambios de mercancías, servicios, capitales y tecnologías en un marco de privatizaciones, desregulación económica y pérdida de soberanía de los estados nacionales. Es un modelo de desarrollo caracterizado por la homogeneización de hábitos de consumo, formas de producir, modos de vida, valores y referentes culturales. Si bien este modelo de desarrollo se basa en el progreso tecnológico, los costos de dicho “progreso” recaen en la mayoría de la población de los países en vías de desarrollo, generando en ellos mayores desigualdades sociales, contaminación desmedida, desastre ecológico, procesos de exclusión social y una continua pauperización. Estos son los costos que el pretendido desarrollo impone a nuestros pueblos.
En los países en vías de desarrollo, la restricción del presupuesto en el sector educativo y la falta o escasez de proyectos que sean claros, consistentes y de largo alcance impiden la generación de mano de obra calificada para hacer frente a los retos del mercado laboral; es decir, las ocupaciones exigen o demandan un alto grado de especialización acorde con los requerimientos de las nuevas tecnologías de información y comunicación. Esto implica replantear los paradigmas educativos.
En este tenor, los organismos internacionales en materia de educación (como la UNESCO) plantean que las metas a lograr tienen que ver, en esencia, con ofrecer una educación integral, en la cual no sólo se enseñen contenidos, sino también destrezas y valores que le permitan al individuo ser estudiante, persona y ciudadano. Dicha formación integral deberá darse en torno a fines específicos; como lo intelectual que fomenta el pensamiento lógico, crítico y creativo necesarios para el desarrollo de conocimientos; lo humano, necesario para el desarrollo de actitudes y valores democráticos en el individuo; lo social para fortalecer los valores y actitudes que le permiten relacionarse
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