Planificacion Como Recurso De Innovavión Y Cambio

UNIVERSIDAD LA REPÚBLICA

Escuela de Educación

Programa de Educación a Distancia Modalidad On Line

TRABAJO FINAL DE ASIGNATURA

POLITICA EDUCACIONAL

PROGRAMA DE MAGÍSTER

EN EDUCACIÓN CON MENCIÓN.

La evaluación de desempeño docente y su impacto en el mejoramiento de la calidad de la Educación

Alumno/a : María Ercilia Vera Miranda

Tutor. : Jean Carlos Franco Parra

Castro, Noviembre, 2013

“Evaluación docente v/s Calidad”

Mejorar la calidad de la Educación no es sólo un anhelo de nuestro país ni una promesa nueva en los actuales gobiernos, sino, un objetivo propuesto mundialmente a lo largo de la historia, no obstante, el esfuerzo realizado en estas últimas décadas supera con creces los realizados con anterioridad.

Hoy en Educación se busca poder alcanzar la Calidad en los aprendizajes de manera urgente. Lograr que cada niño, niña y jóvenes aprendan contenidos elementales y se desarrollen en ellos distintas habilidades y competencias que les permitan responder efectivamente a los desafíos que les impone la sociedad cada vez más cambiante y en permanente movimiento.Cuando pensamos en una actuación de calidad debemos de pensar en la manera de evaluar esa actuación para saber hasta dónde estamos llegando en nuestro quehacer diario. El ser humano es un animal de ejemplos, estamos acostumbrados a realizar nuestra vida diaria conforme a lo que observamos con respecto a nuestros semejantes en cuanto a su forma de comportarse, para de esta manera desarrollar toda nuestra existencia.

La labor del profesor en el aula de clases es actuar como facilitador del aprendizaje, lo cual obliga al maestro a contar con las competencias que le permita estar en condiciones de llevar a cabo prácticas pedagógicas innovadoras y variadas que permitan aprendizajes de calidad a la diversidad de alumnos. Cuando hablamos de responsabilidad en la calidad de la educación, podemos pensar en alumnos, padres de familia, sindicatos, empresas, sociedad, estado, nación, etc. Generalmente se piensa que cuando el alumno falla en sus asignaturas la culpa recae en dos posibles aspectos: el alumno mismo o el maestro, sin embargo en la mayor parte de las ocasiones, nos encontramos que la problemática es mucho más compleja y debemos abordarla de manera más amplia e integral.

La calidad educativa involucra a una serie de factores que se deben conjugar para lograr desarrollar nuestra función en las mejores condiciones para nuestros alumnos.

El sistema educativo de nuestro país tiene la obligación moral de posibilitar a nuestros jóvenes para obtener un reconocimiento en cuanto a los estudios realizados, de acuerdo a cada una de las instituciones educativas que existen en nuestro país. La obligación del sistema educativo en los países de nuestro continente latinoamericano es proporcionar una oportunidad a los jóvenes de las generaciones actuales la posibilidad de prepararse intelectualmente para su propia superación, aunque esto no basta para crear una sociedad más justa ni nos da la posibilidad de obtener un pueblo más educado en lo general.

Desde algunos años, hasta ahora han sido innumerables los aportes de recursos generados por el Estado hacia educación en materia de infraestructura y recursos pedagógicos, los cuales no se condicen en materia de resultados de aprendizajes, pues las mediciones externas aplicadas hasta ahora nos entregan la triste realidad que en cuanto a resultados nos hemos quedado estancados, estando en deuda con los principios de calidad y equidad.

Es una hipótesis natural que la labor en la sala de clases es clave para entender el rendimiento de los alumnos, hay diversos estudios en Estados Unidos utilizan el rendimiento de los alumnos para diferenciar entre aquellos profesores que logran con el objetivo de mejorar el rendimiento de sus alumnos por sobre lo esperado (Sanders y Rivers, 1996; Sanders y Horn, 1998). Los resultados obtenidos a través de estos estudios afirman que los dos factores más reincidentes que afectan el aprendizaje del alumnado son: El profesor y el desempeño previo del alumno. Sin embargo estos estudios no muestran sobre qué ocurre dentro de la sala de clases, ni lo que el profesor realiza, por ende no entregan una retroalimentación que permita a los docentes mejorar sus prácticas.

En este contexto, se hace evidente la evaluación del desempeño docente como una herramienta importante para mejorar la gestión de los profesores dentro del sistema educativo.

En Chile en el año 1990 con la promulgación del Estatuto de la Profesión Docente, se consagra el sistema de calificaciones de carácter funcionario, sin que éste diera frutos dada la constante negativa del gremio.

En 1997 el Congreso nacional de Educación resuelve en el capítulo referente al “Fortalecimiento de la Profesión Docente”, la Evaluación de Desempeño Profesional como el mecanismo adecuado para reemplazar el concepto de calificación(Revista DOCENCIA, Nº 20, agosto 2003).

En 1998 el Colegio de Profesores en su negociación con el Ministerio de Educación, plantea la derogación del sistema de calificaciones, sin embargo el MINEDUC rechaza esta demanda, aludiendo que sólo están dispuestos a discutir el mejoramiento del reglamento de calificaciones y no su derogación. El Colegio de Profesores rechaza esta postura, pero continúa debatiendo el tema hasta que en el año 2000 surge luz blanca, la cual arroja como resultado “Los Criterios Fundantes para una Propuesta de Desempeño Profesional” (Revista DOCENCIA, Nº 10, junio 2000), firmada por el MINEDUC y el Colegio de profesores.

Por otro lado, en el año 2000 la Asociación chilena de municipalidades había resuelto aplicar públicamente este sistema de calificación, cuando el Colegio de profesores pide suspender esta acción e instalar una comisión técnica de carácter nacional para avanzar en los criterios primarios de un sistema de evaluación, tal como lo mandara el Congreso nacional de Educación.

Durante el año 2003 a partir del Acuerdo Marco tripartito suscrito por el Ministerio de Educación, la Asociación Chilena de Municipalidades y el Colegio de Profesores de Chile según está estipulado en el documento elaborado por Alvarado, M. Cabezas, G. Falck, D. Ortega, M. (2012), fue creado el actual sistema de Evaluación del Desempeño Profesional Docente. Posteriormente, este acuerdo se plasmó a través de la ley N° 19.933, del 30 de enero de 2004, que remplaza el antiguo sistema de calificaciones por un sistema de evaluación de carácter formativo basado

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