Politicas

ENSAYO

DEBATE TEÓRICO DE LAS DISTINTAS ESCUELAS DE LOS ASPECTOS RELEVANTES DE LA TEORÍA Y POLÍTICA MONETARIA Y FISCAL.

Elaborado:

Figueroa Helguera Julio Cesar

Tenorio Bravo Max Uriel

Grupo: 502 Turno Matutino

Chilpancingo; Gro de diciembre del 2013

INDICE

INTRODUCCION…………………………………………………………………

POLITICA MONETARIA

1) Keynesianos………………………………………………………………

2) Monetarista……………………………………………………………….

3) Síntesis neoclásico………………………………………………………

POLITICA FISCAL

1) Keynesianos………………………………………………………………..

2) Monetarista…………………………………………………………………

3) Síntesis neoclásico………………………………………………………..

CLONCUCION………………………………………………………………………

INTRODUCCION

CORRIENTE DE LA DEMANDA EFECTIVA

Keynes

La concepción fiscal keynesiana puede ser ilustrada a partir tanto de sus planteamientos contenidos en la Teoría General de la Ocupación y el Dinero, como de su práctica profesional, en particular la que desarrollo entre 1939 y 1946, los últimos años de su vida pero en la cual tuvo una participación muy activa como funcionario público y asesor de las autoridades de su país encargadas de los problemas económicos en general y fiscales y financieros, en particular. En ese periodo los problemas de Keynes fueron relacionados con la segunda guerra mundial y posteriormente los asociados al proceso de la reconstrucción de posguerra.

Para Keynes, la política fiscal representa un conjunto de instrumentos (impuestos, gastos y deuda pública) que deben y pueden ser utilizados para cerrar la brecha entre la oferta y la demanda agregada.

De acuerdo con el principio de la demanda efectiva, en el capitalismo regido exclusivamente por las fuerzas del mercado tiende a generarse una situación que no implica la plena utilización de los recursos productivos ya que cuando el nivel de empleo aumenta, aumentara el nivel de producto e ingreso real, pero el consumo total crecerá menos que el ingreso. De ello se desprende que: para justificar cualquier cantidad dada de ocupación, debe existir cierto volumen de inversión que baste para absorber el excedente que arroja la producción total sobre lo que la comunidad decide consumir cuando la ocupación se encuentra a ese nivel.

De acuerdo con Keynes solo por “accidente o por designio”, se dara una demanda de bienes de inversión suficiente para cerrar las brecha que genera el nivel de ocupación plena. Más aún cuanto mayor sea el nivel del pleno empleo e ingreso, menor relativamente será el consumo y más difícil será que la demanda de bienes de inversión logre llenar esa brecha creciente. En ese marco la política fiscal es un instrumento a través del cual debe y puede lograrse el equilibrio entre oferta y demanda agregada al nivel de pleno empleo, es decir, lo importante, desde el punto de vista fiscal, es contribuir al equilibrio del sistema económico, no al equilibrio presupuestal.

Para Keynes el objetivo de la política fiscal es alcanzar y mantener el equilibrio entre la oferta y la demanda agregada a niveles tales que garanticen el pleno empleo de la fuerza de trabajo y para lograr podría ser necesario y conveniente tanto el déficit público, el superávit o el equilibrio presupuestal.

Desde la perspectiva keynesiana el déficit del gobierno financiero con deuda pública cuando tiene como propósito combatir el subempleo de los recursos productivos provocado por una insuficiente demanda en relación con la oferta agregada, no provoca presiones inflacionarias. El argumento se puede sintetizar de la siguiente manera: si se piden prestados fondos adicionales directamente de los bancos o a través de pagarés o billetes de banco, los depósitos bancarios y sus tenencias de pagarés estarán correspondientemente incrementándose y esos balances del banco y pagarés representan ahorro adicional el cual, en ese momento al menos, el público no está gastando. Esta forma de ahorrar es exactamente igual que si el público comprara certificados de ahorro; lo que importa es la decisión de ahorrar en lugar de gastar y no la forma específica en la que se decide mantener el ahorro. Por lo tanto ni el endeudamiento del gobierno ni el déficit público generan inflación, a menos que la demanda agregada supere a la oferta más allá del pleno empleo.

Del análisis de las características que deberían tener la política fiscal y específicamente el presupuesto del sector público, tanto durante la guerra como en el periodo posterior de reconstrucción, Keynes extrajo conclusiones como las siguientes: el país ha sido convertido finalmente a la gran superioridad de los impuestos directos a todos los niveles de ingreso. Con esta conversión hemos alcanzado una gran civilización fiscal. Todos hemos construido en nuestra mente, incluyendo a los asalariados, que los impuestos directos son mejores que los aumentos de precios. Otra revolución en nuestras prácticas financieras ha sido seguida de nuestro gran éxito de pedir prestado para la guerra a bajas tasas de interés. Entre más baja la tasa de interés el consumo futuro del contribuyente para pagar la deuda se reduce considerablemente.

Consideraba que todas las clases sociales se habían convencido de que si el ingreso monetario del gobierno (dinero) debía ser incrementado, los impuestos directos eran la forma más justa y menos onerosa de hacerlo posible. Afirmaba que la estructura del impuesto al ingreso británico era lo mejor que había sido construido por la ley, la costumbre, la práctica y la experiencia era, en su opinión, el más eficiente y mejor instrumento artificial que había sido creado.

Por otra parte, Keynes consideraba que, en condiciones normales, el funcionamiento de las economías

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