Política
Enviado por chavaroman • 8 de Enero de 2014 • Práctica o problema • 533 Palabras (3 Páginas) • 156 Visitas
¿Vivimos un estado fallido?
Por Salvador Román Román
Las condiciones sociales que estamos viviendo en Guerrero, dominado en algunas regiones por la delincuencia organizada, más la aparición de civiles armados para defenderse de esos delincuentes en alguna zona de La Montaña, Costa Chica y ahora cerca de Iguala, ha dado pie para pensar en la existencia de un estado fallido, concepto que niega, por supuesto, el gobierno del estado.
Pero, ¿qué debemos entender por estado fallido? La definición de esta categoría conceptual está integrada por los siguientes elementos: 1. La pérdida del control físico del territorio, o del monopolio en el uso legítimo de la fuerza; 2. Erosión de la autoridad legítima en la toma de decisiones. 3. Incapacidad para suministrar servicios básicos, principalmente.
En síntesis y ampliando un poco el concepto, un Estado fallido se caracteriza por un fracaso social, político y económico, caracterizado por tener un gobierno débil o ineficaz, que tiene poco control sobre las regiones de su territorio; no provee ni puede proveer servicios básicos, presenta altos niveles de corrupción y de criminalidad así como una marcada degradación económica.
En esta tesitura, sí estamos viviendo parcialmente la existencia de un estado fallido por las siguientes consideraciones: es evidente que hay zonas de la Tierra Caliente, por citar un ejemplo, en donde la criminalidad tiene el control físico y armado de esos territorios y, por ende, realiza impunemente los ilícitos que son de sobra conocidos. A pesar de que el Estado a través de sus instituciones (los gobiernos) ejercen el uso legítimo de la fuerza, no logran normalizar la vida social devolviéndoles la paz, seguridad y tranquilidad a esa gente. Ni siquiera los gobiernos (federal, estatal y municipales) han sido capaces de desplegar una estrategia consensuada, eficaz y eficiente que permita devolverles la seguridad de sus vidas y bienes a esas familias, principales servicios básicos que el Estado debe proveer.
Esta debilidad gubernamental ha dejado un vacío de autoridad y de poder en esos territorios que ha propiciado la aparición de grupos de la sociedad civil, armados y organizados, para recuperar y defender lo que los órganos estatales no pueden hacer. Uno de ellos es el más elemental: la seguridad de la vida, libertad y patrimonio. Al fallar en este sentido, los gobernantes faltan a uno de los principios fundamentales del pacto social que bien lo sintetizaron los enciclopedistas franceses del siglo XIX: “yo, te pago a ti gobierno, para que con lo que te entero por concepto de impuestos tus funcionarios y servidores públicos cobren su sueldo, vivan de ellos; a cambio, tu gobierno vas a utilizar las instituciones de procuración y administración de justicia, inclusive la fuerzas armadas, creadas por nosotros, la sociedad, para que nos garantices la seguridad y el patrimonio”.
Es cierto
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