Porque Aullan Los Perros

Pese a que los perros ladran más que los lobos, aúllan menos.La razón por la cual los aullidos de los perros son comparativamente raros está en la diferencia de la vida social del perro doméstico y la del lobo salvaje. La función del aullido es sincronizar y juntar la jauría para la acción. Los lobos aúllan más al comienzo del anochecer, antes de partir en grupo de caza y en la mañana temprano antes de emprender la marcha otra vez. Los perros domésticos, a los que sus dueños preparan la comida, viven una existencia de perpetuos cachorritos y la necesidad de "reforzar la cohesión de la jauría" (para dar al aullido su función oficial) no es una de sus prioridades. La dispersión de la manada que provoca los aullidos rara vez ocurre entre ellos. La única vez que algo así cambia la rutina diaria de un perro doméstico es cuando el animal se ve forzado a quedarse solo y encerrado. Entonces lanzará "el aullido de soledad" que tiene la misma función que el aullido del grupo. Ambos dicen: "Yo(nosotros) estoy(estamos)aquí...¿Dónde están ustedes? Vengan a reunirse conmigo(con nosotros). Algunos perros machos que jamás aúllan en circunstancias normales, se sabe que lo hacen con aullidos prolongados y desgarrantes cuando se los encierra para apartarlo de alguna atractiva perra en celo. Eso no significa que el aullido sea una señal sexual, sino simplemente que también en otro contexto de la vida social, el mensaje básico sigue siendo "reúnete conmigo". Un perro doméstico adulto que viva en medio de una familia que lo quiera y se preocupe por él, simplemente no tendrá estímulos para pruducir el sonido más perturbador de todos los gritos caninos. Hay una curiosa excepción a esta última afirmación y es en lo que se refiere a la música en familia. En la época anterior a la televisión, cuando las familias pasaban veladas tocando música y cantando, algunos perros domésticos interpretaban mal esas señales y suponían que sus dueños estaban tratando de "juntar la manada con un esfuerzo combinado". La entusiasta respuesta al llamado para cazar se manifiesta en el perro, quien echará hacia atrás la cabeza y comenzará a aullar con el resto de su jauría adoptiva y quedará muy confundido por la reacción generalmente negativa que produce su aullido.

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