Practica Docente

Las rutinas de activación física en el jardín de niños son de suma importancia puesto que las primeras acciones del niño pequeño son realizadas “por placer” y están ligadas a las sensaciones y a las emociones sentidas. Las situaciones que se propongan deben permitir desplazamientos, esas acciones son llevadas a los ambientes que le son familiares y luego a los mas lejanos.

La actividad física inicia en la infancia con movimientos como brincar girar, gatear y caminar, progresando hacia actividades más complejas a medida que se desarrolla el control neuromuscular. Con el crecimiento, la madurez y la experiencia, los movimientos básicos son integrados y coordinados dentro de habilidades más especializadas y complejas propias del juego libre y estructurado, deportes, así como otras actividades.

Los tipos y contextos de las actividades son variables y cambian con la edad, ayudan a los niños a adquirir las habilidades motoras básicas. La actividad física exige simultáneamente la participación del cuerpo, la inteligencia y la voluntad, canaliza energías , angustias y permite ubicar a los compañeros como colectivo y no como competidores, es un medio formativo inmenso en el contexto educativo y un integrador de la personalidad, los niños (as) aprenden a manejar logros y fracasos, a entender el valor de la practica e interrelacionarse con distintos grupos sociales y económicos, entre otros tantos conocidos valores que tiene el realizar la activación física.

Si el objetivo es que el niño (a) y joven realice la activación física escolar, se divierta y adopte a futuro a la educación física, el deporte y la recreación como parte integrante de la estructura de su personalidad, la activación física sistemática y adecuada debe comenzar lo mas temprano posible. Es fundamental que el escolar tenga los elementos necesarios para que pueda integrar el movimiento como parte de su personalidad desde la niñez donde es una etapa de aprendizaje y de desarrollo de sus cualidades físicas básicas, cuando con todo lo anterior se haya construido un basamento firme por el gusto a la activación física a través del movimiento, se habrá comenzado a edificar un individuo dinámico y pro-activo evitando el sedentarismo y las consecuencias de salud que esto implica.

En la edad escolar los niños y niñas conforme crecen, necesitan más alimentos, más energía y más ejercicio. La actividad física debe formar parte de sus rutinas cotidianas. No importa si estas son de tipo estructurado, como en el caso de las clases de educación física, o sin estructura, todo forma parte de las necesidades de los niños y niñas para mantenerse saludables y en buena condición física. Algunas escuelas solamente ofrecen de una a dos clases de educación física por semana. Durante estas actividades los niños y niñas son guiados para desarrollar o mantener su flexibilidad, resistencia y fuerza, así como estimular la coordinación,

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