Presentación sistema nacional de protección civil

El sistema nacional de protección civil se fundamenta en la constitución política de la República de Chile en su artículo 1°, capítulo I, en donde se expone que “es deber del Estado resguardar la seguridad nacional, dar protección a la población y a la familia”, lo cual, se modela por medio del decreto supremo N° 156 promulgado en Marzo del 2002, y que comienza a articularse con direcciones regionales el 2008, a partir de la resolución exenta N° 1115 del 31 de Diciembre de 2007.

Como ya se ha señalado, en el año 2005, Chile (junto a 167 países más) firma avalando el Marco de Acción de Hyogo, y comprometiéndose a implementar acciones que se encuentren alineadas a las cinco prioridades que se definieron allí. Considerando que la creación del plan nacional de protección civil se realiza en respuesta a los compromisos internacionales suscritos por Chile en la “Década internacional de reducción de desastres naturales”, es evidente la necesidad de identificar los posibles puntos que se requieren para ampliar la consideración del compromiso internacional adscrito en Hyogo, Japón.

Con el objetivo de lograr alinear un decreto del año 2002 a un marco de acción firmado en 2005, se han realizado algunos diagnósticos de la situación de reducción de riesgos de desastres en Chile, como el realizado por Naciones Unidas el 2013, donde se buscó obtener los antecedentes a considerar en la realización del proyecto de la “Política nacional en gestión del riesgo de desastres”. A través de esta mirada, fue posible identificar que la prioridad con menor grado de desarrollo es la cuarta, “Reducir los factores subyacentes del riesgo”, en donde, mediante la alianza con algunos ministerios se intenta revocar la tendencia. Por un tema de recursos es entendible mantener el foco en lo que suele ser prioritario, la respuesta al desastre; lo cual, mediante distintas aristas es considerado en el resto de las prioridades del marco de acción de Hyogo, y otros suscritos internacionales de data anterior.

Si bien, el sistema de protección civil estipula fases de prevención, respuesta y recuperación y actividades relacionadas al ciclo del manejo del riesgo, es en su trabajo anterior a la materialización de una vulnerabilidad donde denota su faceta más débil, asociando una distribución de mando (coordinación y autoridad) única para las distintas fases de la gestión del riesgo de desastres, lo cual estaría concentrando un trabajo de “reducción de riesgos subyacentes” en cargos de contexto político más que de coordinación (sustentado en los mandos técnicos), siendo contraproducente con el espíritu de estado (no de gobierno) que debiera ser de largo aliento.

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