Primer Y Segundo Trabajo De Hércules
Enviado por francox27 • 27 de Mayo de 2014 • 1.261 Palabras (6 Páginas) • 256 Visitas
Introducción
Es hijo de Zeus (inmortal) y de Alcmena (mortal). Otra vez representa el fruto del espíritu hendiendo con su impulso la materia –de forma análoga al origen del cosmos–. Zeus anuncia que ha engendrado a Hércules ante el consejo de los dioses olímpicos. Pero Hera, su esposa celeste, símbolo de la Ley, decide que sólo podrá estar entre los inmortales si supera todas las pruebas que le envíe. Recorreremos el mito de Hércules atendiendo a algunas de sus claves simbólicas y éticas.
Píndaro nos narra que, al terminar su adolescencia, tras todas las pericias de sus primeros años, Radamantis, uno de los jueces del Hades, le plantea la que podemos llamar su primera gran prueba, la prueba de la elección: puede optar por una vida de placer y deseo o volcar esa imparable energía que lo desborda en trabajar por la virtud y el bien de la Humanidad. La elección no es fácil. Es la encrucijada que se bifurca ante nosotros día tras día. Heracles –gloria de Hera– elige el estrecho y escarpado sendero de la conquista de la virtud y comienza una serie de doce pruebas –en una clave, el paso del sol por las doce constelaciones del zodíaco– que le prepara Hera para lograr su inmortalidad consciente.
Hércules se había casado con la princesa Megara, la hija del rey de Tebas. Con ella había tenido tres hijos. Un día, a Hércules le dio un ataque de locura y acabó con sus vidas.
Arrepentido por un hecho tan atroz, se marchó a Delfos para consultar al oráculo del dios Apolo qué debía hacer para expiar su crimen. El oráculo le dijo que tenía que acudir a Tirinto y ponerse bajo las órdenes del rey Euristeo. Cuando Hércules llegó a la corte y le expuso su problema, Euristeo empezó a preocuparse por si en un futuro decidiera arrebatarle el trono, por lo que decidió deshacerse de él encomendándole doce trabajos cada uno más complicado que el anterior.
Enseñanza moral
Veamos, aunque sea someramente, el mito de Hércules, el héroe por excelencia. El conjunto de su vida y trabajos legendarios es todo un ciclo simbólico y místico de primera importancia, con profundos paralelismos con otros mitos religiosos, algunos muy cercanos a nosotros.
En primer lugar, el héroe es hijo de un dios (Zeus) y de una humana (Alcmena); por tanto, participa de la doble naturaleza divina y humana. Esto es interesante, porque en todas las tradiciones o religiones se explica el hombre como "hijo de Dios" o, cuando menos, criatura directa suya. Ahora bien, en él predomina la naturaleza humana y debe, a lo largo de toda una vida de arduos esfuerzos, de continuas e innumerables pruebas, trascender esa naturaleza y purificarse. Al fin de esa vida, se inmolará en lo alto de un monte, ascendiendo por fin al cielo, donde se encuentra con su padre, Zeus, gozando ya por siempre de la inmortalidad. Toda su historia adquiere un valor moral ejemplar.
Así, la mayoría de los trabajos de Hércules son para ayudar y proteger a los hombres de una serie de seres monstruosos, desde el león de Nemea a la hidra de Lerna o el toro de Creta. Todo un catálogo de amenazas a las que el héroe se enfrenta, no tanto para destruir, sino para dominar y someter, que este es el objeto de la mayoría de los trabajos de Hércules.
El héroe busca restablecer la armonía, la justicia, eliminando los elementos nocivos, dañinos, que representan la brutalidad, la violencia, el egoísmo, la maldad, la soberbia... Ciertamente, los combates de Hércules en el mundo mítico griego tienen su correspondencia con la lucha interna, psicológica, del hombre de ayer como del de hoy. ¿No tenemos cada uno de nosotros dentro un león que dominar en forma de soberbia o agresividad? ¿O un jabalí en forma de brutalidad o instintos incontrolados? ¿Quién no tiene
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