Problemas Juveniles
Enviado por fredgoico • 4 de Septiembre de 2011 • 484 Palabras (2 Páginas) • 821 Visitas
Historia de un revolver
Es viernes, son las siete y acaba de anochecer,
es buen momento para un paseo familiar,
y así como las luces psicodélicas de las marquesinas,
es tan loco y sorprendente el destino.
A estas alturas, los pequeños
juegan a ser policías y bandidos,
pero cuando uno crece para ser grande,
ahi está el dilema, ser de los buenos o malos.
Tiempos violentos, tiempos inseguros,
todos los hechos tiene un peso,
una pistola de juguete no se parece a un revolver,
los casquillos de plomo no son chorros de agua,
estos atraviesan una vida y muchas más a la vez.
Ya son las nueve, comenzó a llover, y puedo notar
en la sonrisa de la familia, lo placentero del recorrido,
de pronto, una sombra con silueta tosca, se cruza en frente,
vestido de trapos viejos y con peligrosa compañia.
Ya con la presencia del peligro sobre tu familia,
te quedarìas con la opcion de rendirte,
pero ser cabeza de familia, es más que ser un líder,
es ser el héroe que de la vida por los tuyos,
y si no lo eres, no tienes nada que perder salvo la vida y eso.
El valiente sale al ruedo contra el cobarde,
y la lucha por los cuidar a los suyos comienza en forcejeos,
la batalla entre el bien y el mal riñe,
cuando un tercero se expresa con dos estallidos.
La fría calle se lleno de un silencio total,
los combatientes mudos y estáticos
y un hombrecito en suelo se hallaba caído,
mientras que se dejaba caer el arma negra.
Mientras al pequeño se le iba la vida por el abdomen,
el cobarde comenzaba a agonizar y de alguna forma,
dejar en manos del destino, lo que único que tenía,
el piso manchado de almas difrentes.
La felicidad de aquel paseo se convirtió
en un estriante concierto de gritos y llanto,
una madre mortificada y descontrolada de rodillas
y un padre frustado y con las manos llenas,
el revolver y la sangre del cobarde asesino.
Mientras notaba la agonía del cobarde,
veia como el sangrante retoño le decia a su madre que,
era la mujer que más amo, y a su padre que,
era por siempre su heroe, luego cerró los ojos.
El reloj apuntaba las diez, fallecieron los caídos,
uno con el futuro cierto, y el otro con el futuro perdido,
poco a poco los chismosos atónitos rodeaban la calle,
y exclamaban ayuda, pero ya era demasiado tarde.
Revolver, hijo de tu madre,
tan inoprtuno y sin escrúpulos como tu dueño,
atravesó cuatro corazones a la vez,
y no pagas las consecuencias de tus actos.
...