Procreacion

El derecho a procrear no es más que el derecho natural de concebir un ser; derecho que al igual que los derechos a la maternidad y paternidad suponen obligaciones en los sujetos que los encabezan, y el ejercicio de estos derechos supone el libre desenvolvimiento de la personalidad.

No existe un derecho a procrear propiamente hablado sino un derecho a las condiciones que hagan de el un proceso humano y humanizador. Muchas veces se suele confundir con el derecho al aborto lo que lleva a muchas naciones hoy en día a legislar en favor de este y crea un descontento en las masas conservadoras ya que si se trata de un proceso humanizador de la parte reproductora y lo que ello conlleva, las próximas generaciones no lo entenderán así sino más bien como quitarse un peso de encima.

En cambio en la tendencia progresista el derecho al aborto le da a la mujer la decisión de cuando establecer su familia ya que en el momento en que se desarrolla el feto en el vientre materno no es considerado como un ser humano.

El concepto de procreación consciente que acuño el neomalthusianismo supone una de las primeras reflexiones demográficas sobre las consecuencias de la procreación natural o procreación ilimitada y sin control en un contexto de escasos recursos -escasez de trabajo, bajos salarios, encarecimiento de los alimentos-, apostando por la restricción de la natalidad de las clases pobres y obreras de manera consciente como necesidad para la mejora social.

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