Libertad De Procreación

En cualquier política de sanidad, a los mujeres sólo se las ve desde al ángulo de la procreación y la maternidad. Los programas que existen sólo prevén la atención prenatal, los cuidados con motivo del parto y el posparto, la vigilancia posnatal y el seguimiento del crecimiento del niño. A estas restricciones conceptuales se añade la crisis estructural del sistema de sanidad. En Nicaragua en 1980, sólo el 28% de las mujeres emplearon anticonceptivos, y sabemos que todavía es un porcentaje muy débil. Estudios muy recientes han demostrado que el 74% de las mujeres no utilizan método alguno; por eso la causa principal de la mortalidad femenina es el aborto clandestino en las ciudades y la hemorragia durante el parto en los campos.

La prostitución infantil a menudo está organizada y protegida; a sus adversarios se les amenaza para imponerles el silencio. A lo largo de los últimos veinte años, mis colaboradores y yo mismo hemos sentido la pesada bota de ciertos funcionarios y de otros protectores de la pedofilia, que trataban de camuflar el mal y de proteger su carrera política y sus intereses en el comercio del sexo en Olongapo. Estas colusiones incluyen las ventas sistemáticas de niños de 4 años a pedófilos. En lugar de perseguir a los criminales, estos funcionarios han perseguido, acosado y amenazado de muerte a aquellos de los nuestros que han defendido los derechos de los niños... Estos crímenes nefandos contra los niños y la humanidad no son sólo un daño mortal para los niños filipinos; son también el síntoma de un mal más grave aún: las estructuras económicas y sociales injustas que han institucionalizado la pobreza en Filipinas. Una clase dirigente, compuesta de unas cincuenta familias inmensamente ricas, es propietaria del 70% de la economía del país y controla toda la vida política y el reparto de la riqueza nacional. La sanidad, la educación y los servicios sociales no son más que una pequeña parte.

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