Libertad
Enviado por Monserratcamish • 15 de Enero de 2012 • Informe • 901 Palabras (4 Páginas) • 500 Visitas
Una de las primeras dificultades a las que nos enfrentamos al comenzar a analizar los fenómenos de supuesta violencia en la escuela es a la de la imprecisión en el lenguaje. En efecto, no podemos considerar dentro de la misma categoría un insulto u otra falta más o menos leve de disciplina o, por ejemplo, un episodio de vandalismo o de agresión física con un arma. No obstante, existe una clara tendencia en la sociedad a englobar todo en el mismo lugar y a entender, que se trata de manifestaciones distintas de un mismo sustrato violento que caracterizaría a los niños y jóvenes de hoy. A pesar de ello, puesto que muchos fenómenos no pueden considerarse propiamente como violentos, lo podríamos entender como conductas antisociales.
Las medidas de atención a la diversidad, la convivencia, actitudes y valores, deberían ser prioridad para la educación institucionalizada. Estas se contraponen con ciertas culturas profesionales dentro de la actividad docente. El riesgo social y el deterioro de la escuela pública hacen aún más urgente la toma de conciencia del auténtico alcance de los temas.
Una de las primeras dificultades a las que nos enfrentamos al comenzar a analizar los fenómenos de supuesta violencia en la escuela es a la de la imprecisión en el lenguaje. En efecto, no podemos considerar dentro de la misma categoría un insulto u otra falta más o menos leve de disciplina o, por ejemplo, un episodio de vandalismo o de agresión física con un arma. No obstante, existe una clara tendencia en la sociedad a englobar todo en el mismo lugar y a entender, que se trata de manifestaciones distintas de un mismo sustrato violento que caracterizaría a los niños y jóvenes de hoy. A pesar de ello, puesto que muchos fenómenos no pueden considerarse propiamente como violentos, lo podríamos entender como conductas antisociales.
Las medidas de atención a la diversidad, la convivencia, actitudes y valores, deberían ser prioridad para la educación institucionalizada. Estas se contraponen con ciertas culturas profesionales dentro de la actividad docente. El riesgo social y el deterioro de la escuela pública hacen aún más urgente la toma de conciencia del auténtico alcance de los temas.
Una de las primeras dificultades a las que nos enfrentamos al comenzar a analizar los fenómenos de supuesta violencia en la escuela es a la de la imprecisión en el lenguaje. En efecto, no podemos considerar dentro de la misma categoría un insulto u otra falta más o menos leve de disciplina o, por ejemplo, un episodio de vandalismo o de agresión física con un arma. No obstante, existe una clara tendencia en la sociedad a englobar todo en el mismo lugar y a entender, que se trata de manifestaciones distintas de un mismo sustrato violento que caracterizaría a los niños y jóvenes de hoy. A pesar de ello, puesto que muchos fenómenos no pueden considerarse propiamente como violentos, lo podríamos
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