Profesora
Enviado por celr182 • 19 de Diciembre de 2014 • 1.201 Palabras (5 Páginas) • 129 Visitas
Ser Docentes Hoy
Algunas décadas atrás, el docente era al portador del saber y hoy, no sólo carece de conocimientos básicos reconocidos por la sociedad en su conjunto, sino que no se siente satisfecho de cumplir las expectativas que se le demandan.
Bajos salarios, inadecuada formación docente y capacitación, son algunos de las causas que ayudaron a generar esta situación.
Un docente profesional, con lo que esta palabra quiere significar, sólo será posible con el compromiso del Estado y de toda la sociedad.
LA PROFESIÓN DOCENTE HOY
La profesión docente hoy está teñida de sinsabores, contradicciones y desconciertos que la han llevado no sólo al deterioro de su imagen a límites preocupantes, sino también a una crisis de la profesión propiamente dicha.
Todo profesional debe tener una sólida formación en su disciplina, pero, además, se supone que cuenta con una autonomía, propia de dicha profesión, entendidas ésta última como construcción socio- histórica en un determinado contexto. Por ello es necesario que se conviertan en objeto de análisis y reflexión, sobre todo la del profesional de la educación, ya que hoy comparte con otros trabajadores sociales la contradicción de hallarse sumergido en un presente acuciante, pero con el compromiso de proyectar un futuro mejor.
Algunas décadas atrás, el docente era al portador del saber y hoy, no sólo carece de conocimientos básicos reconocidos por la sociedad en su conjunto, sino que no se siente satisfecho de cumplir las expectativas que se le demandan, generándose así la culpabilidad, teniendo consecuencias práctico- negativas que le obligan a hacerse cargo y/ o responsable por algo exterior a él.
El ejercicio de la profesión docente en el pasado detentaba una gran dignidad que surgía del saber y del lugar destacado que ocupaba el educador en la sociedad. En estos días, ya no es la escuela el templo del saber, ya no es el docente el “mago” que todo lo sabe, ni modelo de identificación. Según Abraham en su obra "El mundo interior de los enseñantes", plantea que éstos tienen una visión pesimista sobre su profesión, que lo llevan, muchas veces, a guardar silencio y a esconder sus propias experiencias, sus propias prácticas, generando, muchas veces al decir de De Jours, frustración en la tarea docente, perdiendo autonomía en su propio trabajo y convirtiéndose así en un simple técnico. Hoy se lo individualiza frente al sufrimiento, ignorando su labor y el sentido de su trabajo , no se le reconoce como persona; debe defender derechos y reclamar espacios que le pertenecen para poder subsistir y para no caer en una vivencia depresiva que conduce y amplía sentimientos de indignidad, de descalificación e inutilidad . Por lo cual aparecería como punta del iceberg la insatisfacción y la ansiedad como representantes del sufrimiento de este docente en la que relación hombre- trabajo estaría bloqueada.
Los docentes, por la situación actual, sienten incertidumbre alrededor del empleo, agotamiento marcado por la retribución económica, el desprestigio social y la falta de espacios de autonomía que lo llevan a una carga emocional muy importante, dificultándole la tarea, provocándole incapacidad académica, rutina y conformismo, siendo éstos sólo síntomas de un malestar más profesional y estructural.
Díaz Barriga plantea que hoy hemos llegado a la “cosificación” de la profesión. Si bien se la considera como un servicio insalvable para la sociedad, a su vez se la percibe como despreciable y avergonzante, quedando marcada, la tarea docente, por una tremenda soledad donde se mueven múltiples emociones que no pueden ser elaboradas psíquicamente, llevando al docente a un gran esfuerzo físico, pedagógico y, sobre todo, emocional.
Ulloa señala que, es en esta mortificación en la que el sujeto se siente coartado, al borde de la supresión como sujeto pensante, tendiendo, asiduamente, a esperar soluciones mágicas. Por consiguiente, muchas veces, ésto afecta la modalidad y el sentido de su trabajo
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