Querida Christine

Querida Christine:

Hemos tenido un golpe de suerte, hoy cuando menos lo esperaba Van Thiegel hizo que mi corazón saltara de alegría. Casi como cuando me dijiste que estabas embarazada de nuestra pequeña Cathi. Me dio la noticia que hará cambiar nuestras vidas.

Primero te contaré que no estaba seguro de que se pudiera lograr, ya sabes, siempre hay mucha madera y marfil pero nunca lo suficiente. Hoy me detuve a admirar todo eso, es hermoso el color y su aroma. Fue en ese momento en el que Van Thiegel me lo dijo: “¡Tenemos más de un millón de francos aquí!”. Más nuestras ganancias del marfil llegaríamos al millón y medio. Lo que sucedió fue que la ganancia de la madera se había triplicado y la del marfil aún más.

Sí querida, así como lo lees, yo tampoco lo podía creer, ¡era lo que estábamos necesitando y más!

Hablándolo con Van Thiegel llegamos a la conclusión de que mi parte serían unos 800.000 francos. ¡Imagínatelo! Podremos cumplir tu sueño de la séptima casa en Francia, con todo el caoba que quieras y yo podré comprar ese barco que tanto me gustó. Juntos podremos disfrutar de la vida sin preocupaciones por un buen tiempo.

¿Qué te parece querida? ¿Estás tan entusiasmado como yo? Me imagino que sí, no puedo esperar al momento de ver tu rostro de felicidad.

Ya pronto llegará el momento. Por ahora me queda imaginármelo. El lunes estaré ya en camino a nuestro reencuentro, por ahora te saludo con mucho cariño.

Hasta pronto. Espérame para festejar.

Brian.

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