¿Quién soy yo? ¿Quién eres tú?
Enviado por Mariana Nateras • 2 de Abril de 2016 • Ensayo • 1.053 Palabras (5 Páginas) • 246 Visitas
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Nombre del estudiante: Nateras Albarran Mariana
Nombre del trabajo: Los cuatro acuerdos
Fecha de entrega: 19/Octubre/2015
Campus: Tlalpan
Carrera /Prepa: Bachillerato SEP
Semestre/Cuatrimestre: 5°C
Nombre del maestro: Héctor A. Castillo
¿Quién soy yo? ¿Quién eres tú?
A lo largo de nuestra historia muchas creencias e ideales son transmitidas para nosotros, según nuestros círculos sociales más cercanos, resulta fundamental la relación familiar en la formación de cada una de nuestras personalidades, pues a través de dicha institución se permite en primera instancia el desarrollo de criterios positivos y negativos, planteamos lo “correcto” y lo “incorrecto” y sobretodo formamos la visión de lo considerado ideal según las personas transmisoras de éstos pensamientos.
Después de los núcleos familiares, llega la participación de los sociales, y es justo ahí, cuando todo se convierte confuso y contradictorio; pues al salir de la burbuja de nuestro hogar, donde los valores, criterios, creencias e ideales, ya están bien plantados, nos encontramos con otras personas que poseen distintos e incluso contradictorios pensamientos; generando un constante cuestionamiento personal de ¿quién quiero ser? La respuesta a dicha pregunta constantemente es planteada según la influencia social sobre nuestra persona, pero resulta fundamental recordar que nuestra identidad y pertenencia debe ser dictaminada por nuestro ser.
Todos poseemos una necesidad implacable de dominar al resto, de ser el que todo lo sabe y todo conoce, todos mostramos un hambre voraz por tener la atención del resto, sino es de tal forma, tenemos el sentimiento de que nadie nos quiere o que simplemente no somos nadie.
Por todas estas imágenes y predisposiciones hechas por nuestra mente, la existencia misma se vuelve algo insoportable, vivimos constantemente preocupados por lo que los demás hacen, piensan y dicen de nosotros; olvidando plantearnos frente a nuestro reflejo, ¿quién soy yo?, ¿qué deseo?, ¿en qué creo?, ¿qué es lo que anhelo?, ¿qué quiero para mí?, ¿cuál es mi felicidad?
Asumir la respuesta de todas éstas preguntas, genera la aceptación de acuerdos con nosotros mismos; según la cultura tolteca, los acuerdos son todas las creencias que planteamos correctas para nuestra existencia, si somos capaces de reconocer que nuestra vida está gobernada por nuestros acuerdos y nuestra vida no es lo que ambicionamos, los acuerdos requieren ser replanteados, y cuando se haya tomado la firme decisión de cambiarlos existen cuatro acuerdos que ayudan a romper con otros que surjan del miedo, y formen una vida dolorosa y con mucho peso:
- Primer Acuerdo (Sé impecable con tus palabras): La importancia de las palabras es igual de relevante que los hechos, pues aunque la mayoría de las personas no lo note, una simple palabra dicha pude herir o cambiar el factor de las cosas para siempre; es importante recordar que cada una de las palabras mencionadas deben ser cuidadas, y también independientemente si el resto dice que eres de tal forma, buena o mala, no dictamina lo que tú eres, pues tu auto concepto es de carácter personal y no importa si el resto comunica alguna determinación, sólo tú sabes cuál es tu espíritu y sistema de creencias.
- Segundo Acuerdo (No te tomes nada personalmente): Todas las palabras enunciadas y críticas formadas sobre ti mismo o la que tu formes del resto, al ser expresadas, no representa lo que la otra persona es en esencia ni lo que tú eres, sólo es la demostración de tus acuerdos y creencias personales, no es la imagen del otro sino la propia la que queda expuesta.
- Tercer Acuerdo (No hagas suposiciones): El ser humano necesita justificar y encontrarle un sentido a absolutamente todo, por ello, cuando algo no queda completamente claro se forman imágenes y criterios que la otra persona no ha autorizado o no quería transmitir; dejar a un lado dichos pensamientos hará que nuestra enorme imaginación deje de torturarnos.
- Cuarto Acuerdo (Haz siempre lo máximo que puedes): Siempre da lo mejor de ti mismo, cumpliendo con tus acuerdos y todos los aspectos que te rodeen, independientemente si logras menos, lo importante es recordar que importa más el camino que la meta, y lo ideal es disfrutar el paisaje que rodea la cima.
Debemos recordar, que lo que somos o lo que creemos ser, no es más que un reflejo de lo que el otro ha determinado que representamos; sin embargo, la fijación de nuestra imagen no tiene que ser lo que el resto perciba de nosotros mismos, o no debería ser de tal forma, pues nadie tiene el derecho de establecer un dictamen de pertenencia con un individuo totalmente ajeno a el mismo.
Resulta sencillo decir que somos nosotros quienes formamos nuestra autoimagen y autoconocimiento, sin embargo, constantemente recurrimos a la opinión y crítica de los demás, buscando una aceptación y aprobación de que lo que pensamos, hacemos y creemos es lo adecuado o correcto.
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