REFLEXIÓN DE LA LECTURA: EL INSULTO MÁS ANTIGUO DEL MUNDO
Enviado por LorenaAcevedo • 25 de Septiembre de 2013 • 1.046 Palabras (5 Páginas) • 494 Visitas
En reunión de estudio del Colectivo de Mujeres Policarpa Salavarrieta – FEU- UFPS, donde se leyó, discutió y analizó el documento “El insulto más antiguo del mundo”, se generó como producto un nuevo texto que plantea la posición del Colectivo de Mujeres, respecto al tema planteado en el texto de origen.
Después de una socialización y concertación bajo tres puntos fundamentales: Significado de la palabra “Puta”, análisis etimológico del término “Puta”, caracterización y estigmatización del término en la sociedad actual, se concluyó que:
En términos de imaginario social impuesto, la palabra Puta, denota directamente la forma de comercio sexual que algunos miembros de la sociedad adquieren como su forma de supervivencia o su trabajo. Independientemente del concepto que se tiene acerca de él o la persona que ejerce esta actividad, se debe tener claro que el respeto por su decisión prima sobre el significado que cada cual tenga, es decir, la prostitución en su ejercicio debe recibir únicamente como válido, el juicio de aquél o aquella que lo ejerza, pues el juzgamiento de otra persona, ajena al ejercicio, no tiene validez ni en términos morales, ni pragmáticos.
El origen de la palabra “Puta”, como lo dice el texto, proviene explícitamente del concepto de “sabiduría”, lastimosamente la estigmatización, el olvido y el silencio, al que la historia nos ha obligado como género, hizo que la evolución diacrónica del término, lo condenara a una de las formas más usuales y traducidas de ofensa. Sea la palabra sola o acompañada de dos más “Hijo (a) de puta”, son para las personas un insulto severo y avergonzante.
Partiendo del concepto moderno de la palabra, que traduciría en la abreviación de la palabra Prostituta, que según la RAE significa: “Persona que mantiene relaciones sexuales a cambio de dinero”, llegamos a la pregunta ¿cuál es realmente la ofensa en esta expresión? Nos respondemos de inmediato, no hay ofensa, y ¿por qué? Porque no hay absolutamente nada de malo en el ejercicio del comercio sexual, claro, en términos de decisión propia y absoluta, porque si hablamos de un comercio sexual que incluya el tráfico de blancas y el hecho de que una mujer sea forzada a ejercer la prostitución ese ya es otro tema que merece la denuncia total y la condena tanto social como jurídica de los autores, ese es tema de otro análisis.
Además de no encontrar nada de malo en la decisión de ejercer la prostitución y con esto ser una puta, encontramos que la sociedad ha olvidado que no solo las mujeres intercambian sexo por dinero, los hombres también hacen parte de este mercado, tanto ofertantes como demandantes ¿qué sucede entonces? Que la sociedad pocas veces reconoce que las libertades y decisiones sexuales son también una carta de juego de las mujeres, que el niño que sale a las 11 de la noche está igualmente expuesto a las violaciones y el peligro de la oscuridad, así como lo está una niña, que la joven que desea iniciar su vida sexual antes del matrimonio está en todo su derecho, así como lo hace el adolescente varón, que no somos el género obligado a guardar compostura e hipocresía sexual,
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