RELATORÍA SOBRE “BASTA YA

RELATORÍA SOBRE “BASTA YA”.

El texto “Basta ya” muestra un resumen de cada uno de los acontecimientos que ha tenido lugar en Colombia, tales como la guerra, el conflicto armado, el desplazamiento forzado, la violencia social y el secuestro, entre otros; sin embargo son situaciones que aquejan al país y todavía no han sido resueltas, debido a que se trata de una lucha constante por la tenencia de la tierra, puesto que de esta manera se asegura la producción de los cultivos ilícitos.

Pero no solamente ha sido este conflicto el único problema; el reclutamiento de menores de edad es otra faceta del mismo, que induce a personas de muy temprana edad al aprendizaje del manejo de armas. Por otra parte, estas personas, mujeres u hombres, son ultrajados, violados, obligados a matar y, no bastando con esto, sus propios derechos humanos, igualmente, se violan.

Sin embargo, la guerra en Colombia no es una guerra de combatientes, si no que siempre apuntan sus armas a quienes están desarmados, a veces de manera colectiva o individual, con masacres, ejecutadas por sicarios sin dejar huella.

Pese a esa lucha constante, se ha tratado de llegar a negociaciones políticas, como sucedió durante el gobierno de Belisario Betancur y que fueron en vano, puesto que la guerrilla siguió creciendo de una manera considerable; al finalizar el mandato se observó que sus frentes no sólo eran mayores, sino que habían logrado originar movimientos políticos, como la Unión Patriótica; sin embargo, ese proceso de paz tuvo muchos enemigos y no se logró llegar a buen término.

A pesar de eso, durante el gobierno de Álvaro Uribe se notó una cierta mejoría del orden público, ya que institucionalizó el paramilitarismo en todas las zonas donde la guerrilla abundaba y, para el año 2005, dicha fuerza irregular había disminuido. Actualmente el presidente Juan Manuel Santos busca una salida política del conflicto, mediante un proceso de diálogo con las FARC que se lleva a cabo en la Habana, Cuba.

Por consiguiente, una de las ideas principales del texto consiste en dar a conocer los diferentes conflictos que transcurren en el país y que aún no han sido resueltos, tal y como sucede con el secuestro, que desde los años setenta se convirtió en una modalidad de violencia usada por la guerrilla, con fines políticos y económicos; la violencia frecuente y de bajo perfil, que mataba gente casi todos los días en diferentes lugares, buscando generar control en las comunidades y, sobre todo, desestructurarlas; la persecución de líderes y el narcotráfico; igualmente, la incidencia de este último fenómeno en el problema agrario, debido a que muchas tierras fueron compradas por encima del precio para lavar activos y en otros casos, haciéndose a ellas por la fuerza, debido a razones de control territorial y para impulsar los cultivos ilícitos.

Al consultar sobre este estos aspectos en diferentes fuentes, se puede observar que:

El Secuestro:

Aunque este año han sido secuestrados menos colombianos que el año pasado, la diferencia es muy baja. Durante los primeros 10 meses de 2013, 245 personas han sido secuestradas frente a 262 en 2012, según un informe del Ministerio de Defensa.

De los 245 secuestros registrados este año, 130 han tenido fines extorsivos. De acuerdo con el Ministerio de Defensa, se atribuyen la mayoría de los casos a la delincuencia común, seguida por las FARC, el ELN y las bandas criminales, como autores de los mismos.

Arauca, Antioquia, Valle y Meta son los departamentos que concentran la mayoría de los casos. Sobre los secuestrados, el informe concluye que el 70% fueron rescatados o liberados y 12 personas aún permanecen en cautiverio.

Persecución a los líderes:

Cabe destacar que los graves acontecimientos de persecución, han tenido lugar durante un prolongado período, que abarca dos décadas y seis gobiernos de diferente filiación política, lo que demuestra que la intencionalidad persecutoria ha perdurado en el tiempo y ha tenido unas consecuencias determinadas para el grupo político y para la convivencia social en Colombia.

A pesar de múltiples obstáculos, en la actualidad la sociedad colombiana comienza a reconocer paulatinamente que se ha librado, y se sigue librando, una guerra sin cuartel contra los miembros de la Unión Patriótica (UP). Dicho reconocimiento no es un hecho dado. En las últimas dos décadas se ha negado constantemente que los miles de homicidios y “desapariciones” tengan naturaleza sistemática. Por efectos de la justificación o de la explicación oficial de los hechos, así como de su tratamiento mediático, ha primado la convicción de que lo ocurrido con la UP es una infortunada conjunción de eventos inconexos: acción delincuencial del narcotráfico o venganzas de particulares por ataques de la guerrilla.

El Narcotráfico:

El narcotráfico es, sin duda, la principal fuente de financiación de los grupos armados ilegales. De acuerdo con Daniel Mejía, entre el 50% y el 60% de los ingresos que entran al país por cuenta del narcotráfico se dirigen a financiar las actividades armadas de las FARC. No se debe dejar de resaltar el inmenso daño que en términos sociales y económicos ha causado el desarrollo de esta actividad.

Por una parte, según Indepaz, desde el año 2000, Colombia y Estados Unidos han invertido alrededor de 30.000 millones de dólares en la lucha contra el tráfico de drogas en Colombia. Además, si se observa el Presupuesto General de la Nación para 2014, el 17,9% del mismo está dirigido a defensa. Estos recursos invertidos en el combate contra la guerra y el narcotráfico han impedido que se haga una mayor inversión en bienestar social, dando prioridad a sectores como el de la educación, salud, cultura, vivienda, ciencia y tecnología, por citar algunos.

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