Recordando Al Maestro Carrillo
Enviado por reyes_mendoza • 11 de Enero de 2015 • 1.267 Palabras (6 Páginas) • 267 Visitas
Era una mañana muy fría. La época de lluvias se había iniciado y a pesar
de que normalmente lloviera, con puntualidad inglesa, a las cuatro de la tarde,
hacía días que el cielo amanecía encapotado y llovía desde muy temprano, en la
mañana. Cuando entramos al salón de clases, los casi 50 alumnos teníamos una
sensación de estimulo, por la baja temperatura, y a la vez de potencial
apoltronamiento por la tibia atmósfera del salón de clases, repleto de estudiantes.
Los vidrios de la gran ventana del salón, cubiertos de vaho, atestiguaban que
afuera hacía frío. Era una de esas ocasiones en que lo mismo puede uno estar
sumamente activo que caer en una envolvente somnolencia.
Biología era la primera clase de la mañana. El maestro Antonio Carrillo,
titular de nuestro grupo de tercero de secundaria (el “3° C”), había llegado, como
de costumbre, antes que nosotros y estaba al fondo del salón, sentado ante su
gran restirador, pues usaba ese espacio no sólo para impartir la clase, sino
también como su cubículo y su oficina para trabajar en sus proyectos de biología.
Era de estatura mediana –alguien podría calificarlo incluso de ligeramente bajo-,
delgado, de complexión realmente fibrosa y de carácter nervioso. Tomó sus notas
del restirador sobre el que dibujaba la anatomía floral de las orquídeas, que era su
especialidad, se acercó con el paso vigoroso que acostumbraba, de un salto
depositó su ágil cuerpo en la tarima, que lo ponía unos 30 o 40 cm. por arriba del
nivel del piso y empezó a inducirnos a la clase de reproducción sexual. De
inmediato se hizo un silencio que algunos comentarios y risas al fondo del salón
trataron de perturbar. Pero la mirada firme y serena del maestro Carrillo paró en
seco cualquier intento de burla. Era 1955.
Hablar de reproducción sexual en las escuelas de nivel inferior al del
bachillerato de ninguna forma es usual; si aun ahora existen tabúes al respecto, es
fácil imaginar cuál era la situación hace casi 35 años. Recuerdo vívidamente que
usó el ejemplo de las gallinas para explicar la reproducción sexual en los
vertebrados. Sus explicaciones fueron en extremo claras y al grano. Los términos
utilizados por el maestro Carrillo eran los precisos para cada órgano y para cada
función, y se ayudaba con su prodigiosa capacidad para el dibujo; tengo aún
grabados en la memoria los esquemas que con gises de colores dibujó en el negro
pizarrón de tela ahulada, y que produjeron ante nuestros ojos prácticamente una
película de la estructura de los órganos de reproducción en las gallinas y en los
gallos. Era un audiovisual de tiza que se desarrollaba frente a nosotros con
precisión, con claridad y con llaneza excepcionales.
La clase no duró más que los 60 minutos reglamentarios. Pero en ese lapso
tuvimos frente a nosotros un escenario claro, inequívoco y maravilloso del sistema
reproductivo de los
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