Reflexión sobre la valoración de la diversidad y el reconocimiento de las familias que participan de la educación parvularia

OBJETIVO: Reflexión sobre la valoración de la diversidad y el reconocimiento de las familias que participan de la educación parvularia.

 LAS FAMILIAS Y SU RECONOCIMIENTO DE LA DIVERSIDAD

 Todas las familias son diferentes y con características únicas, lo que hace imposible encontrar una familia igual a la otra. Basta observar que están compuestas por personas diferentes, tienen formas de relacionarse e interactuar de forma diferente y poseen culturas tan diversas unas a otras, esto nos permite confirmar que todas las familias son singulares e irrepetibles. En este contexto, ¿será posible identificar una familia ideal? 

DIVERSIDAD Y FAMILIA 

Lo primero que haremos es recordar que la familia es el núcleo más básico que compone una sociedad, entonces cuando hablamos de diversidad en relación a la familia encontramos teorías que recomiendan referirnos a ella como familiaS, en plural, esto por la diversa cantidad de familias que podemos encontrar. Además la variedad de familias que hoy se conoce irá variando con el tiempo, esto porque las familias cambian, evolucionan, de ahí su rol social dinámico.

 Vicente Llorent (1996) explica que: “La familia no es una categoría eterna e inmutable en el tiempo y en el espacio, sino una institución creada por personas pertenecientes a una sociedad y sensibles a las necesidades del medio físico, económico y social en el que se desenvuelve. Su adaptación a la realidad conforma un proceso en continuo reajuste. Los movimientos en pro de una mayor liberación de la mujer conforman la punta del iceberg de un proceso inconcluso en el que el devenir histórico mostrará caminos, insospechados.”

 De lo presentado por el autor podemos destacar el concepto de categoría, él explica que NO PODEMOS CATEGORIZAR a las familias, lo que lleva a preguntarse: ¿Por qué categorizamos a las familias como migrantes, vulnerables, étnicas, homoparentales, etc.?

Cuando categorizamos, ósea, le pone una etiqueta a alguien o algo, lo hacemos para identificar ese alguien o algo como distinto a nosotros, para realizar un proceso de segregación (separación) de lo que se considera diferente a la cultura imperante. En este caso, ponerle etiqueta a las familias, es para separarlas de otras o de la que se considera familia correcta. Si bien este proceso de categorización es favorable para atender las especificidades de cada familia o contar con información para levantar ciertas políticas públicas, lamentablemente algunas categorías — como vulnerable, inmigrante, étnico, homoparental— quedan con un sello difícil de eliminar y se convierten en una carga y estigma social.

Por otro lado, el reconocimiento de la identidad y diversidad familiar es el elemento fundamental para la existencia e integración de la sociedad.

Lo importante entonces es reflexionar respecto a la diferencia entre reconocer y categorizar; entre identificar necesidades e instalar estereotipos estables. Para erradicar estos estereotipos, debemos potenciar establecimiento educativo democrático, cuyo desafío sea contribuir a respetar los derechos humanos de todos y todas, sin diferencia. Un establecimiento educacional que valore la diversidad y genere un ambiente real de inclusión, basado en el diálogo genuino que permita crear vínculos de confianza entre el establecimiento educacional y las familias.

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