Reflexión

POBRE NO ES EL QUE TIENE POCO SINO EL QUE NECESITA INFINITAMENTE MUCHO Y DESEA” MÁS Y MÁS.

En momentos de conciencia, donde lo ideal, es que aunque sean instantes sean de verdadera conciencia, el hombre desobedece, puesto que llega a tal punto la sinceridad consigo mismo que le teme a las conclusiones que pueda obtener.

Esta circunstancia no solo es entorno al aspecto personal, sino también al medio que le rodea ( la vida en conjunto), en otras palabras el factor social, económico, político, cultural, entre otros muchos que incluyen en el desarrollo “evolutivo” del hombre. En este punto se hace muy interesante ahondar en el sentido cultural, ya que dando una vista a la realidad(actos, pensamientos, etc) que tienen la mayoría de los seres humanos, se evidencia esa carencia de cultura “humana”;, pues al contrario estamos siendo atropellados por una cultura “de mercado”, y por qué no entrar en un momento de “conciencia”, de sinceramiento, de reconocimiento y luchar por esa otra cultura?.

No por esto, se habla de un retroceso, aun periodo arcaico, para volver a comenzar, se puede plantear más bien como un cambio, uno de los tantos cambios que contiene el devenir en el que se vive; se plantea entonces la necesidad de revisar el modelo actual, esta civilización de consumo que quiere más y más de lo que adquiere, para consumir. Ese es acaso el fin de la vida humana?, está claro que cada persona tiene sus ideales, metas y sus motivaciones, lo cual es totalmente respetable; lo verdaderamente importante es la felicidad, quizá con lo más elemental, pero supremamente valioso ; el consumo no tendría cabida alguna.

Que interesante es comenzar con el despojo de esa civilización de mercado, que es la hija de la globalización, para que aquellos que ya podrían, y me incluyo o podríamos ser considerados como POBRES, no demos trascendencia y demos un PARE a esta caótica situación.

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