Reforma Laboral: Asignatura Pendiente

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En la nueva era del conocimiento y la información, la ventaja competitiva ya no está en la mano de obra barata sino en la productiva.

Avanzar en la reforma laboral para la modernización y competitividad de México requiere de cambios de enfoque en dos dimensiones: de la flexibilidad laboral a la flexibilidad de la producción y del enfoque suma cero al de suma positiva.

Los sistemas de producción flexibles (las 3 m's): multiproducto, multiproceso y multihabilidades son la característica de la actual revolución tecnológica y de la hipercompetencia global y del cambio continuo que vienen a sustituir a los viejos sistemas fordistas de producción en masa, bajo líneas de fabricación homogéneas y continuas; estas realidades exigen a su vez nuevos sistemas de gestión de las empresas y laborales flexibles, que significa pasar de la producción rígida y el trabajo fijo de la administración taylorista a una producción flexible y empleo multivalente o de múltiples habilidades.

Actualmente, en la industria del papel se puede producir una tonelada con pasta reciclada, de madera y/o de bagazo de caña bajo un sistema flexible que los combina y optimiza a través del tiempo dado el costo-rendimiento de los insumos y tecnologías. Al mismo tiempo se produce papel periódico y/o libro y/o es- peciales (multiproducto) dependiendo de la demanda y rentabilidad de mercado. De aquí que el empleo multivalente implica que ante la circunstancia actual de que el trabajador tiene por contrato que cumplir únicamente con las especificaciones reseñadas en su puesto o categoría, se capacite y reentrene en plata para que en la misma línea de fabricación pueda producir de manera flexible diversos productos con diferentes procesos o combinaciones de insumos.

En otras palabras, el promover la modernización de nuestras empresas requiere de una mayor productividad tanto del capital como del trabajo. El empresario debe buscar los modelos de producción y gestión más adecuados que permito sistemas de producción flexibles, multiproducto, multiproceso y multihabilidades. Por el lado del trabajo, se requiere de una legislación laboral más "flexible" y de programas continuos de capacitación y reentrenamiento en planta (el aula en la fábrica) que promuevan el empleo multi-valente del trabajador y el desarrollo de habilidades múltiples.

En la nueva era del conocimiento hay que convertir las células de capacitación y adiestramiento manual que son para desarrollar las habilidades manuales de los trabajadores en centros de desarrollo del aprendizaje e innovación que desarrollan las habilidades intelectuales de los trabajadores y permite formar la base del capital intelectual de la empresa: la inteligencia emocional colectiva.

Uno de los retos de la reforma laboral, por lo tanto, es encontrar el adecuado equilibrio entre los derechos laborales y la capacitación y empleo multivalente, que reclama la propia modernización en la instrumentación de sistemas de gestión y laborales flexibles. Principalmente en lo que se refiere a la cuestión de los derechos de antigüedad, los criterios de la movilidad laboral por medio de los escalafones y de la descripción de funciones de los puestos y categorías de trabajo.

Los sistemas de producción, de gestión y laborales flexibles en el mundo están marcando en el mercado el rumbo del contenido y la forma de las negociaciones contractuales. Los empresarios deben entender que la supervivencia y éxito de sus empresas no se encuentra en pagar menos salario o reducir las prestaciones laborales; que estamos de acuerdo de que es necesario reformar cláusulas o reglamentos que están obstaculizando la productividad, pero que de alguna manera y dado que son beneficios adquiridos por el trabajador, el nuevo esquema debe compensarlos y no tratar de aprovechar las circunstancias del cambio para reducir sus beneficios y prestaciones. Las exigencias de la competencia apuntan hacia una mano de obra más entrenada e innovadora, pero esto a su vez significa una mejor remuneración.

El sindicalismo requiere entender que el bienestar y la superación en las condiciones de vida de sus agremiados se encuentra en el mejoramiento de sus percepciones a partir del incremento en la productividad, la capacitación y reentrenamiento que lleven a mejorar las condiciones del trabajo y no a través de actitudes de cerrarse al cambio que frenen no sólo la modernización de las empresas, sino también las posibilidades para el mejoramiento de la calidad del trabajo y por lo tanto del salario real.

Los salarios en México son de 8 a 10 veces menores que en Estados Unidos. El trabajador mexicano tiene 20 a 25 años de edad promedio y el estadunidense de 40 a 45 años. El obrero mexicano tiene mayor capacidad de aprendizaje y creatividad y lo que busca es una oportunidad, el otro planea ya su retiro. En la nueva era del conocimiento y la información, la ventaja competitiva ya no está en la mano de obra barata sino en la productiva, en la capacidad de la empresa para aprender y crear conocimiento o innovación más rápido que la competencia. Esto requiere de una nueva concepción de la gestión o management de los negocios a través

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